Sin lugar para lxs opositorxs

El aula Rodolfo Walsh (ex 60) donde se reunió la nueva conformación del Consejo Académico (CA) para elegir a lxs directorxs de Departamentos estuvo organizada militarmente. La puerta grande cerrada y trabada con sillas, mientras que la puerta pequeña estaba obstaculizada por estudiantes de HXEP, lxs que se dedicaron a provocar a quienes asistieron para manifestar una posición disidente. Desde el pizarrón hacia la mitad del aula se dispusieron la decana saliente, Silvia Sleimen, los secretarios y lxs consejerxs, también estaba entre los asistentes el Decano entrante, Enrique Romanín. En la mitad del aula, se dispuso un cordón de seguridad con sillas de lado a lado, sin distanciamiento y sin pasillos, para no permitir el paso a nadie ajeno a la gestión de la Facultad. Afuera, estudiantes, graduadxs y docentes de Geografía y Filosofía junto a miembrxs de la comunidad universitaria que acompañaron el reclamo solicitamos en reiteradas ocasiones que se nos permita ingresar a la sesión para expresar nuestro posicionamiento. Lo más explícito de la situación se dio en el “¡no!” al unísono que expresaron en un grito unido lxs consejerxs y adherentes a la gestión cuando una compañera graduada solicitaba la palabra. Lo que perpetraron: votaron en contra de lo que decidieron los Departamentos opositores que habían ganado las correspondientes elecciones e impusieron a sus propixs directorxs (Enlace al video de la sesión).
En respuesta a estos atropellos, a las mentiras que esparcen sistemáticamente y al odio que destilan, les compartimos un análisis.

La miseria de Humanidades

Así como sesionaron, así conciben la política. Cerrada sobre sí misma, endogámica, chiquita, de léxico monocorde. El peligro de esa concepción, en términos prácticos, viene asomando hace rato. Más de uno se ha apresurado a hacerse con su carné de oficialista para no encontrarse con algunas puertas cerradas en cuestiones de oposiciones a cátedras, grupos de investigación y demás organizaciones dentro de la comunidad académica. Más de unx habitamos nuestro ámbito laboral con el temor de perder el trabajo. O conservarlo a costa de perder la dignidad. Si, parece exagerado, pero ya hay compañerxs cesanteadxs -para darle su lugar a un cliente– que contaban con más de 10 años de antigüedad en la docencia, ya hay compañerxs que guardan su disidencia para el ámbito privado por miedo a la represalia o a ingresar en la lógica de lista negra que no genera más que agregadxs, señalamientos de lo que falta. Y es que la endogamia política y el sistema clientelar se entienden perfectamente. Así, lo que viene ocurriendo en Humanidades -profundizado y sistematizado por la gestión de Sleimen y ahora de Romanin- es que las decisiones del aparato administrativo de la Facultad se utilizan para obtener beneficio privado, ya sea un cargo, ya sea la propia carrera política -que también es un cargo, por cierto-. Allá lejos quedaron aquellos fines nobles de la educación pública, inclusiva, para el pueblo. La patronal —la gestión de Humanidades en este caso— toma decisiones que favorecen a sus clientes, no importan las normas de acceso a los cargos públicos, no importa la calidad educativa, no importan lxs profesionales que formamos, solo que quienes ingresen compensen con la perpetuación en el poder del funcionario implicado o de su entorno y a la larga se vuelvan también esxs funcionarixs. La relación se fortalece con el lado oscuro de la lógica: la amenaza constante de utilizar esa misma capacidad de decisión para perjudicar a quienes no colaboren con la gestión. 

Sea como sea, de lo que se trata es de una gigantesca miseria, no solamente económica, sino integral. Su gestión se reduce a la distribución de esa miseria, que ha sido miseria desde siempre. Porque no proyectan luchar para que haya más de todo, proyectan cerrar cada vez más el círculo de quienes reclaman una parte. En lo que atañe al presupuesto, por ejemplo, el dinero liberado de la jubilación es una buena excusa para lxs administradores, jamás para resolver cuestiones estructurales, sino para sostener la escasez que lxs hace existir y reproducir(se) como sector de poder, como camarilla. La miseria económica es condición de la miseria integral. Sacar concursos abiertos, con juradxs externos –o al menos que no sean parte de la camarilla– en las variadas áreas de las disciplinas, implicaría admitir en las carreras el ingreso de otras voces, otras orientaciones políticas, otras líneas de pensamiento. Su propia concepción política de la academia que entiende el saber como una propiedad del claustro, –claustro proviene de la palabra latina claudere cuyo significado es clausura– donde se dictamina el qué y el cómo del conocimiento; los lleva a ver la democrática distribución del presupuesto público –que ya es antidemocrática desde el momento en que es una miseria–, como una terrible amenaza. 

Pero aún al margen de tales consideraciones sobre los profundos miedos de la camarilla que nos gobierna/administra; su política atenta de manera brutal contra la normalidad del trabajo académico en general. Significa el desmantelamiento de cátedras enteras, de equipos de investigación, de colectivos de producción intelectual. Vale decir: no se trata tan sólo de los directamente golpeados, lo que ya es suficientemente grave. Es toda la comunidad universitaria (docentes y estudiantes), es toda la práctica vinculada a la creación de saber la que sufre un empobrecimiento desastroso.

Golpe blando o de cómo imponer autoridad cuando la comunidad no te elige en las urnas

Desde 1983, en el ámbito institucional de Argentina, hay un contrato tácito básico: el resultado de las urnas se respeta. Aparte quedan las discusiones de cómo se construye la lógica electoralista, de cómo se construye la ciudadanía en las facultades y de otros problemas derivados. Ése sería un salto cualitativo en la discusión política acerca de cómo profundizar la participación democrática, lamentablemente hoy tenemos que discutir lo básico de una democracia representativa. Los resultados del proceso post-electoral durante el cuál se realizó la elección de Directores de Departamentos bajó el piso de la discusión. El punto básico de acuerdo era que la cantidad de boletas de un color que salen de la urna, definían quiénes ocupan los cargos: ésto ya no es así en Humanidades. Uno puede ganar la mayoría en las elecciones de Departamento y, sin embargo, perder (perder ganando le dicen ahora).

En este punto aparece la gravedad del espíritu político de la medida, tal como se indicó antes, pero también surge la cuestión legal y su aprovechamiento.

La gestión de Humanidades y el sector que impuso a la nueva (vieja) gestión del Departamento de Filosofía se ampara en un artículo del Estatuto en el que indica la modalidad en la que se llevará a cabo la elevación de las propuestas desde el Departamento en cuestión al Consejo Académico:

ARTÍCULO 107.- El Consejo Departamental elevará al Consejo Académico o Directivo una lista de como máximo tres (3) candidatos a ocupar el cargo de Director. En dicha lista se fundamentarán las postulaciones, presentando un currículum vitae detallado de los candidatos y sus propuestas para el desarrollo de la gestión. El Consejo Académico o Directivo designará al Director en base a la propuesta elevada.

No obstante, se omite la subsiguiente contundencia del artículo 111:

ARTÍCULO 111.- El Consejo Departamental se constituirá en la autoridad máxima del Departamento y en el organismo de discusión de todo lo que haga a la actividad del mismo. En cuestiones internas del Departamento, podrá tomar decisiones ad-referéndum del Consejo Académico o Directivo, según corresponda.

Es decir, desde un análisis técnico, el artículo 107 describe cómo debe ser la mecánica en la elevación de posibles propuestas de dirección, pero incluso siguiendo la lógica del mismo se desconoce el asesoramiento del CAD pues no se cumple lo que indica en su cierre: «designará en base a la propuesta elevada». Se elevaron las que se presentaron y se indicó cuál fue la que recibió más avales (la de Parente en Filosofía y la de Mantovani en Geografía). A su vez, siguiendo un orden lógico en la exposición, el artículo 111 agrega que el CAD es la autoridad máxima del Departamento en todo lo que haga a su actividad, esto incluye, naturalmente, la decisión sobre qué proyecto de dirección se elige para la carrera. Es importante resaltar que las normas no son enunciados aislados, atómicos, es un texto con coherencia, con un ordenamiento, digamos que uno puede hacer una lectura particular de un artículo, pero un estatuto es un texto de interpretación holista, los enunciados se encuentran concatenados. De ahí la importancia del 111 y la inexistencia del artículo que dice que los departamentos son «solo asesores». Además, hay que agregar que el 111 incluso llega a indicar que el CAD podría tomar decisiones ad-referéndum del CA. El resto, es la formalidad organizativa que siempre se cumplió en Humanidades, los CADs proponen, el CA refrenda. Así siempre fueron los usos y costumbres hasta que la saliente Decana Sleimen declaró a los Departamentos de Filosofía y de Geografía como departamentos “conflictivos” (básicamente porque no hacían lo que se les decía que tenían que hacer y discutían la legalidad y los direccionamientos políticos de la Facultad). A partir de ese momento, las decisiones neurálgicas para la organización de estas carreras pasaron a modificarse sin excepción en el CA. Los usos y costumbres de Humanidades hablan por sí sólos, inclusive se llevan a cabo con otros Departamentos en la actualidad, tal como lo indica el derecho consuetudinario.

Por otra parte, en el marco de la UNMDP, se puede observar cómo se dieron las cosas en un caso similar con algunos de los mismos actores reacomodados en diferentes posiciones. En el Colegio Illia parte del sector kirchnerista vinculado a la conducción de Humanidades, tras enfrentarse y ganar por un voto a quienes son sus aliados en la Facultad -la UCR, que allí hace alianza con el PS-, estaba muy preocupado frente a la posibilidad de que el Rector (PS) hiciera lo mismo que ellos hicieron con Filosofía y Geografía, es decir, designar al candidato a Director que perdió las elecciones. Finalmente no sucedió, Rectorado respetó los usos y costumbres, dando continuidad al resultado electoral, más allá de que formalmente tenía la posibilidad de designar al contrario. Lo que deja a la vista esta situación es que la exposición de lógicas diferentes para situaciones con el mismo esquema devela la arbitrariedad de una medida tan radical para la organización de una institución pública.

Esto nos lleva al siguiente punto: no alcanza con autoproclamarse algo para serlo. No alcanza con decirse pluralista y demócrata para lograr que sea real. La repetición hasta el absurdo de ciertas fórmulas es algo a lo que la política de los últimos 10 años nos tiene muy acostumbrados, se repite un mantra en el que en primera persona se establecen las propias características. Vemos que si los hechos no coinciden, no importa, se ejecuta la repetición discursiva y se consigue un auditorio que asienta. Ése auditorio es el que está garantizado con el sistema clientelar. Entonces se va completando la rueda. A su vez, ese mismo auditorio está convencido de que defiende la pluralidad y la democracia, porque sin saberlo conscientemente proyectan una hipóstasis: ellxs son la pluralidad y la democracia. Por lo tanto, si son ellxs quienes ostentan el poder, se trataría del reino de la pluralidad y la democracia. Se vuelve absurdo, pues se trata de una autocontradicción: la pluralidad soy yo mismx y quienes me contradicen no son pluralistas ni democráticxs, por lo tanto quedan censuradxs. Con una estructura de este tipo, aprovechando el aparato administrativo y burocrático de la institución, lo cual no es menor, justifican hacia su interior la violación de los resultados electorales y otro tipo de acciones antidemocráticas que han realizado a lo largo de los años.

Por supuesto que una consecuencia inmediata será la deflación del cogobierno departamental. A partir de un antecedente como el último, pierde sentido pensar en los pasos avanzados por la Reforma del 18. Si observamos alguno de sus pasajes para ver a qué cosa se enfrentaron hace más de 100 años, podemos dimensionar el retroceso actual: 

Las universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales llevan a mediocrizar la enseñanza (…) (Manifiesto Liminar de la Federación Universitaria de Córdoba – 1918).

Injusticia epistémica

La imposición de directorxs ilegítimxs en Filosofía y Geografía no es un hecho aislado, es más bien el corolario de una serie de acciones emprendidas por la gestión de Humanidades contra las gestiones de estas carreras. Durante 4 años, se dedicaron minuciosamente a generar un clima de hostilidad, de ingobernabilidad, llevaron a cabo bloqueos y boicots, iniciaron una campaña de difamaciones y mentiras personalizadas: una verdadera guerra psicológica. No es metafórico, hay compañeros con carpeta médica que han visto afectada su salud física y psicológica y que han sido hostigados, durante los últimos días, con llamados insistentes a sus teléfonos particulares por personas que actualmente ocupan cargos de autoridad. De tal modo, prepararon el terreno para generar una situación en la que imponer un director de su sector sería el modo de solucionar el problema (el problema que ellxs mismxs inventaron) bajo una apariencia de legalidad. No podemos dejar de hacer la comparación con la práctica del lawfare, en este caso al interior de una institución, pero lawfare al fin. 

Las acciones antedichas podrían ser entendidas, todas ellas, bajo un rasgo común subyacente: el de la injusticia epistémica. ¿Qué queremos decir con ello? Así como el sexo, la etnia o raza, la clase social, el lugar de nacimiento, el patrimonio económico, entre otras categorías, son variables importantes en la atribución o privación de virtudes epistémicas a los sujetos, también lo es la identidad política. Creemos que tal categoría, dentro del ámbito de la institución universitaria, juega un rol fundamental en los mecanismos de inclusión y exclusión en la producción de conocimiento. Y más aún, juegan un rol fundamental a la hora de atribuir autoridad epistémica a los enunciados que expresan las personas o grupos sociales.

La autoridad epistémica es un concepto a través del cual se expresa la carga de aceptación que se le adjudica a un agente o grupo social en lo referido al valor de verdad de sus enunciados. ¿A quién le creemos lo que dice? ¿Por qué le creemos lo que dice? ¿Todas las personas ostentamos la misma carga de autoridad epistémica? ¿O algunas personas son más creíbles que otras? ¿En dónde radican las fuentes de la autoridad epistémica? Si bien pudiera parecer que la autoridad epistémica depende exclusivamente de las virtudes epistémicas intrínsecas que puedan detentar los enunciados que se estén juzgando, la realidad es que esto no funciona de este modo.

En realidad, lo que sucede es que no juzgamos la autoridad epistémica de personas o grupos sólo en base a si los enunciados que expresan son factibles, verificables o adecuados, por ejemplo, sino que, en esa valoración se cuelan factores extra-epistémicos que actúan bajo la forma de sesgos conscientes o inconscientes. 

A las gestiones de Filosofía y Geografía le han sido negada su autoridad epistémica en todo lo concerniente a las disciplinas que organizan, a causa de su identidad política, que no es otra cosa que un conjunto de acuerdos que constituyen el horizonte común de las acciones políticas de un grupo social, el marco común que permiten un modo de organización de la vida en común, en nuestro caso de lo común en el ámbito de la carrera de filosofía.  

El argumento oficial, el que se dice y se repite en las sesiones de Consejo Académico, por ejemplo, suele ser que los departamentos son asesores, enunciado que -es menester aclarar- no figura en la letra escrita del Estatuto (en ninguna de sus versiones, ni la anterior, ni la nueva que data del 2017 (enlace al estatuto) y tampoco en el reglamento interno de los Consejos Departamentales (ordenanza interna a Humanidades, del año 1994 enlace al reglamento). La repetición hasta el hartazgo de dicho enunciado tiene un doble movimiento, el de estipular discursivamente el estatus de los departamentos (son sólo asesores) a la vez que deflacionar el propio concepto de “asesor” hasta convertirlo en un flatus vocis. Con todo, las consecuencias pragmáticas que le siguen son aún más radicales, no sólo nos reducen a un apéndice esteril de la burocracia, sino que promueven un criterio de demarcación entre quienes deciden y quienes obedecen, ellxs y lxs otrxs. En suma, lo que nos dicen es: ganen las elecciones, deliberen, discutan argumentos, propongan, pero nada de lo que ustedes digan o hagan es vinculante en nuestras decisiones. Lo que nunca dicen y menos aún repiten -y que sí se encuentra en la letra escrita del Estatuto vigente- es el artículo artículo 111 (citado más arriba) que expresa con toda claridad que el Consejo Departamental se constituirá en la autoridad máxima del Departamento. Y, por supuesto, ante la pregunta para qué, entonces, las elecciones en el seno de cogobierno, nos encontramos también con un rotundo silencio. Todo parece indicar que es la gestión la que debe ganar las elecciones en Rectorado para reformar el Estatuto y eliminar, siguiendo su deseo, las elecciones en los Departamentos de carrera, mientras tanto la medida es de facto y es contra los departamentos disidentes a su política.

Asimismo, y por mor de la argumentación, si efectivamente sólo asesoramos -que lo hacemos, claro, como representantes elegidxs democráticamente mediante elecciones, y concediendo que asesorar sobre cuestiones no es influir en lo más mínimo en las decisiones correspondientes-, cabe preguntarse por qué nuestro asesoramiento es desautorizado sistemáticamente ¿acaso todo, absolutamente todo, lo que hacemos y proponemos está mal? ¿en todo nos equivocamos? ¿son malos todos nuestros argumentos, todos nuestros proyectos? Todo parece indicar que la desautorización es deudora de un sesgo, una especie de axioma de discriminación donde no importa el contenido de nuestras ideas. Es como si dijeran: a priori todo lo que pueda ser dicho y actuado por ese sector está mal, hoy y siempre.

Por eso para nosotrxs no se trata de las normas, de este o aquel artículo, sino de una hermenéutica política de las normas. Allí reside la discriminación y la injusticia epistémica. Allí se cuelan los prejuicios y los juicios extra-epistémicos. Allí nuestra voz es desautorizada. No porque no sepamos de la disciplina, eso no importa, sino porque no nos sometemos a un modo de organizarla. Porque no somos posibles clientes porque criticamos la lógica misma de lo clientelar-, porque caemos a priori bajo la lógica de la exclusión, señaladxs en la lista de lo que hay que separar, apartar, como más arriba indicamos.

Tal situación se pone en evidencia aún más si tenemos en cuenta que en Humanidades conviven 9 departamentos, cada uno específico de su área disciplinar, y el accionar se ejecuta solo con dos de ellos, Geografía y Filosofía, los únicos dos cuya identidad política la gestión de Humanidades juzga como no alineados, desobedientes y conflictivos -como si el conflicto fuese algo malo en sí mismo y no el carácter intrínseco de lo social-.

Por último, no queremos dejar de señalar que los actos de injusticia epistémica no son abstractos, menos aún lo son sus consecuencias. Causan daños a personas concretas de carne y hueso en su condición específica de sujetos de conocimiento y, por tanto, en una capacidad esencial para la dignidad humana. 

Humanidades como productora de subjetividad

Estos procesos de discriminación se van sedimentando en las estructuras de sociabilidad y en las instituciones humanas. Se construyen subjetividades válidas y subjetividades inválidas para habitar la institución pública. A su vez, estos esquemas se replicarán en el estudiantado proyectado por este tipo de docente e investigador. Entonces, se dan modos de ser aceptados y modos de ser no aceptados. 

La premisa número uno es no cuestionar a la autoridad. La inmediata consecuencia de su cumpĺimiento cercena de entrada el carácter crítico de la formación. Es inevitable dar cuenta que la construcción de sujetos obedientes y mansos es el proyecto de todo sistema autoritario. Cada vez que se avanza para silenciar voces disidentes, cada vez que se arma una causa para definir disputas políticas, cada vez que se utiliza la legalidad para aplastar manifestaciones opuestas, cada vez que se discrimina y se demoniza al que tiene otra idea de cómo debe funcionar lo público, cada vez que se potencian las burlas frente a la negación de la palabra, se están sentando las bases de un sujeto proclive a las tendencias autoritarias, un sujeto incapaz de salirse de una dinámica instrumental, sin autonomía para criticar o para pensar otros horizontes posibles. Se constituyen, así, en sujetos reproductores, obedientes, a la espera de su premio: cargos para comprar autos, viajar al Caribe y mostrarse en las redes sociales. Y no se trata de que estas cosas sean malas en sí mismas, sino que estos ejemplos se convierten en el objetivo final de esta clase de subjetividad. La reproducción y el consumo. En los casos más ambiciosos, la imagen de intelectual se cimenta con el mismo ejército de obsecuencias, siempre bajo el ala del poder y fundado en la criminalización de la disidencia. Criminalización que siempre tiene la forma de la personalización. Docentes, con nombre y apellido, a los que se les pone la letra escarlata. Con quienes no hay que hablar, no hay que interactuar y deben ser apartadxs porque son el mal encarnando. Increíble, ¿no? pero, usual en Humanidades. 

El ejemplo más claro de lo resultante puede observarse en la conducción gremial estudiantil, que a su vez son gestión de la Facultad, formada con este esquema. A la hora de cumplir con el rol de consejerxs en el CA, parecieran, siendo benevolentes, ni siquiera dar cuenta de las consecuencias concretas de lo que votan, de que están definiendo el futuro laboral de personas o la conformación de plantas docentes competentes, ni del poder que tienen sus votos, ni de lo significativo del rol estudiantil como voz propia en un cogobierno. Parecieran desconocer que no están obligadxs a hacer lo que lxs docentes les dicen. Esto no es más que la muestra de que ese poder no fue construído por ellxs. Por el contrario, el poder reside en la obediencia, en la dádiva multiplicada en cientos de cargos públicos en la universidad y fuera de ella. Ya ni siquiera deben hacerse responsables de sus no decisiones, sus cuerpos deben responder a la orden de leer o levantar la mano: fin de la tarea. Luego, quien demuestra mayor ambición será un nuevx encargadx de la próxima cuadrilla y en algún momento podrá decidir a quién le corresponde o no algún cargo. 

Asimismo, podemos agregar que en el caso de la votación de Directorxs, decidieron por sobre la voluntad de carreras de las que ni siquiera forman parte, ya que ningunx era de Filosofía o Geografía, sin embargo ayudaron a invertir la decisión tomada por la mayoría de ambas comunidades.

Al final, se terminan metiendo con el trabajo de la gente, decidiendo como patrones de estancia quién trabaja y quién no. Quién no besa el anillo es candidatx a ser desterradx. Así, se meten con el trabajo y también con la vocación de quienes dedican la vida a una disciplina. Intervienen, en un punto más intangible pero no por eso menos verdadero, con las expectativas, con las proyecciones de una profesión, con los sueños, generando el descreimiento y la desvalorización de personas comprometidas con la educación y la investigación públicas. Construyen ejércitos de soldadxs obsecuentes, sin autonomía, sin capacidad crítica sobre las propias prácticas, temerosxs, servidores de la autoridad a como dé lugar. Y ése es el esquema de docente que luego llega a las escuelas para formar a las nuevas generaciones. 

A eso juegan con estas políticas que despliegan, pisoteando las cabezas disidentes.

Frente a esa estructura estamos enfrentadxs, al día de hoy ya somos testigxs de cómo comenzó el nuevo reparto de cargos y recordamos otro pasaje del centenario Manifiesto Liminar que resulta muy actual:

Mantener la actual relación de gobernantes a gobernados es agitar el fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclama el sentimiento y el concepto moderno de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de Ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla.

Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de Autoridad que en estas Casas es un baluarte de absurda tiranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa-dignidad y la falsa-competencia. (Manifiesto Liminar de la Federación Universitaria de Córdoba – 1918).

Los designados VIP

O de cómo utilizan la herramienta gremial para acomodar subordinados

El año arrancó y la gestión de Humanidades no pierde tiempo para darle cargos a sus docentes amigxs. La novedad es que esta vez pretenden hacerlo utilizando el Convenio Colectivo de Trabajo. La herramienta colectiva para garantizar derechos laborales de lxs docentes es, en manos de Humanidades, una herramienta para beneficiar a un grupo selecto de subordinadxs, los designados VIP.   

El Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) del Gremio de Docentes Universitarios nació con el espíritu de paliar un viejo déficit de la Universidad: subsanar la precarización laboral en la que se mantuvo a muchxs docentes a lo largo de décadas mediante el derecho a una negociación colectiva. Un docente regular -con estabilidad en el cargo- posee derechos que no tiene un docente interino o a término, uno de esos derechos es la participación política (votar, ser candidatx, etc.). Mantener a lxs docentes sin concursar fue el modo en el que muchas gestiones de diferentes facultades controlaron el “poroteo” a su favor, de modo que lxs no concursadxs solían no ser oficialistas o, directamente, opositorxs. Así, el CCT venía a clarificar un procedimiento a los fines de defender los derechos en materia laboral de lxs docentes y evitar interpretaciones caprichosas de parte de algunas autoridades.

Aunque lo plasmado en el actual CCT no expresa todas las reivindicaciones y derechos por los que se ha luchado históricamente, representa un piso que permite una mejor articulación en la lucha por la Carrera Docente. Sin duda este es el caso del art.14 del CCT, que establece que la cobertura de las vacantes, ya sean transitorias o definitivas, deberán realizarse mediante la promoción transitoria de aquellxs docentes de la categoría inmediata inferior (ver la letra del artículo acá).

Dado el modo en el que empiezan a utilizar el CCT en Humanidades, este espíritu de subsanar derechos que tenía en su concepción, queda abiertamente trastocado y, en algunos casos, directamente invertido. A partir de una libre interpretación del artículo 14, el CCT es utilizado como excusa para designar gente políticamente fiel en cargos altos. Saltos de Ayudante Graduado a Adjunto, sin respetar otras jerarquías en el área, personas que concursaron hace un año en un área y son promovidas de Ayudante a Adjunto en otra área, concursos de CCT cerrados al área cajoneados. En suma, es utilizado para continuar designando discrecionalmente y distribuyendo los recursos públicos según sus propios intereses y en desmedro del cumplimiento de la Ley. Todas las cosas a las que Humanidades nos tiene tristemente acostumbradxs. Aquellas arbitrariedades y caprichos sectoriales que pretendían ser evitadas con el Convenio, son ahora pretendidamente reguladas por el mismo. 

Hay dos casos paradigmáticos -ambos en la carrera de Filosofía- que ilustran la discrecionalidad de la gestión de Humanidades al decidir por pautas propias, habilitando condiciones de privilegio a través de relaciones personales. La promoción de un ayudante graduado (Maximiliano Loria) al cargo de adjunto en la misma materia donde tiene su cargo, saltando así la jerarquía estipulada por la carrera docente y la promoción de un ayudante graduado (Eduardo Assalone) en el cargo de adjunto en una materia en la que no tiene su cargo y ni siquiera pertenece al área de su cargo. Por supuesto, no se trata solamente de beneficiar a los privilegiados, sino también, y en un mismo movimiento, de perjudicar a sus opositores políticos. Decimos esto pues los cargos que ellos consideran vacantes y a los cuales se los pretende promover, fueron ganados por 2 docentes que se sometieron a una comisión evaluadora (realizada por el Departamento de Filosofía) y cuyas designaciones fueron sistemáticamente votadas en contra por las autoridades de la Facultad (fueron aprobadas y elevadas unas 7 (siete) veces por el Consejo Departamental de Filosofía. (Ver memoria de las sesiones en este enlace)

El caso que nos toca denunciar hoy públicamente es el paradigma de la lógica imperante y la gestión de Humanidades lo sabe. Así lo presenta, como un caso aleccionador. Son tantas las irregularidades cometidas por parte del sector de la gestión para evitar que la Prof. Sonia López ingrese a planta permanente que hace falta un análisis aparte (que incluye misoginia, racismo y otro tipo de prácticas complementarias). Quien haya osado organizarse y discutir la estructura no ingresará nunca a trabajar en la Facultad ni en su carrera, no importan los antecedentes académicos, no importa que haya ganado instancias evaluativas de manera legítima, no será designada, será perseguida, cancelada, desterrada. En cambio, quienes se comporten con obediencia, quienes cumplan con servilismo y quienes se muestren enemigxs de la oposición, serán premiadxs con la posibilidad de saltearse la fila. Para ellxs, el camino a planta permanente es un camino de rosas, no hay dificultades, no se evalúan aspectos académicos: muchxs fueron designadxs de manera interina a dedo, luego con los antecedentes acumulados ilegítimamente se presentaron en concursos amañados. En el caso de Assalone, ingresa directamente para obturar la legítima designación de Sonia López como Profesora Adjunta en Gnoseología pues fue la ganadora del registro para dicho cargo. El camino de Assalone hasta obtener el cargo es un ejemplo de cómo funcionan los privilegios en Humanidades: hace apenas un año le otorgaron el primer lugar en un concurso de Ayudante Graduado teñido de irregularidades (ver en este enlace) ante las cuales ninguna instancia legal funcionó. Una vez designado en una materia del Área Histórica, la gestión de la facultad, avasallando la función estatutaria del Departamento (ver en este enlace), dispone que Assalone cumpla funciones en la asignatura Gnoseología del Área Teoría del Conocimiento. Ahora, tras tres meses de atender un foro virtualmente, utilizando como excusa el CCT, la gestión de la Facultad lo promueve a Adjunto en dicha materia, la cual no pertenece al área donde concursó y donde ni siquiera tiene su cargo docente. El famoso nepotismo, hoy se ejecuta a través del CCT.  

A lo largo de 20 años, distintas generaciones hemos llevado a cabo infinidad de luchas y denuncias en contra de los privilegios, el clientelismo, el nepotismo y la ausencia de perspectiva educativa que florecían como consecuencia de estas dinámicas en el Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades. Tras muchos años de organización, una coalición entre estudiantes, graduadxs y docentes con una larga historia de participación, logró imponer una dirección departamental que tuvo como principal horizonte revertir la lógica de ingreso a la docencia universitaria. Cuando parecía que la democratización llegaría, finalmente, a las carreras de Filosofía, nos chocamos con el núcleo del problema en la institución universitaria: organizar una carrera democráticamente no forma parte de la agenda del poder autárquico que rige la formación superior.

Desde el momento en que el armado docente que siempre administró Filosofía reconoció que ya no estaría a cargo de la dirección del Departamento, se encargó de condicionar la utilización del presupuesto de futuras jubilaciones docentes en una partida de concursos que jamás fue discutida por la comunidad de la carrera. El criterio que se utilizó para definir el llamado de unos catorce (14) concursos nunca se hizo explícito y no se basó en el análisis de la deficiente estructura que ubica a nuestra carrera como una de las que menos docentes cuentan en la facultad. Ante el reclamo por parte de la nueva gestión, que discutió un análisis de planta docente de forma pública -en sesiones del Consejo Departamental- y solicitó modificar los llamados a concursos aprobados con presupuesto aún no liberado, la gestión de la Facultad no sólo hizo oídos sordos sino que comenzó a ensuciar el justo reclamo. Desde este momento se inauguró el comienzo de una política intervencionista por parte de Decanato y el CA sobre el Departamento de Filosofía (ver en este enlace). Si no controlan el CAD, lo administran desde Decanato licuando sus decisiones en un CA unificado. La misión principal: ninguna decisión que implicara el ingreso a planta de docentes no alineados políticamente con la gestión progresaría. Como resultado, no se modificó nada de los llamados a concursos y en todos se repetían al menos uno de un conjunto de 4 o 5 nombres de jurados docentes, los mismos que han sido objetos de recusaciones o impugnaciones a lo largo de los últimos diez años. A pesar de las decenas de presentaciones en Decanato o Rectorado, jamás se le dio curso a ningún reclamo que mostrara las irregularidades en los procedimientos.

La tan mentada y promovida autonomía universitaria, algo que nació para proteger a las universidades de los ataques de censuras y hostigamientos políticos, también fue retorcida al igual que el CCT y hoy en día funciona como excusa perfecta para sostener un esquema monárquico: las autoridades tienen la suma de los poderes, son parte de las denuncias y jueces de sí mismxs, por lo tanto no hay ley. Las estructuras de la institución son putrefactas, se incumplen los reglamentos y no hay a quién acudir porque todxs son lxs mismxs actores/actrices: Decanato, Rectorado y la conducción del Gremio ADUM, son las mismas personas. Si en la facultad se incumple una regla grave, se apela a Rectorado: si el reclamo llega a la oficina de legales es cajoneado o, en el mejor de los casos, lleva un informe desfavorable, este informe vuelve a Decanato y es desestimado o llega al Consejo Superior y es desestimado. Los gremios docente, graduado y estudiante en Humanidades, están compuestos por los mismos nombres que los cargos de autoridad, con lo cual no hay a quién reclamar. En la jerga popular a esto se le llama atender de los dos lados del mostrador. De modo que el camino que queda para progresar en la institución universitaria es aceptando la subordinación a las prácticas adictas y enarbolar el doble discurso: progresismo democratizante hacia afuera y despotismo monárquico hacia adentro.

No somos pocxs los que nos oponemos, criticamos y luchamos en contra del inexorable destino de acólito al que nos someten. Son muchas las voces que permanecen silenciadas bajo el miedo, incluso al interior de los sectores dominantes. Es necesario no callar más. No se puede permitir que destruyan la educación pública. La institución educativa y los gremios tienen que revisar sus estructuras de manera urgente para poder sembrar una sociedad más justa.  

Próximo Consejo Académico


Filosofía requiere la aprobación de las designaciones pendientes


Desde que accedimos a formar parte de la gestión del Departamento de Filosofía a finales del año 2017, frente a la gran cantidad de cargos vacantes en Filosofía -con presupuesto asignado-, hemos impulsado la realización de Registros de Antecedentes para cubrirlos a la espera de los correspondientes concursos.

Todas las gestiones anteriores priorizaron las designaciones a dedo a la hora de realizar designaciones interinas. Por eso, defendemos la realización de registros como una opción más democrática, que permite la presentación de los currículums de quienes tengan interés en trabajar en las diferentes cátedras.

En estos años hemos convocado casi una decena de Registros, lamentablemente no con todos hemos logrado el objetivo de cubrir las vacantes.

El listado de los registros realizados:
Marzo de 2018:

Ayudante Graduado Simple en Estética.

Jurado: Gabriel Cabrejas – Romina Conti – Leticia Basso – Cristian Bianculli.

Ganador: Mariano Martínez

Designado

Abril 2018:

Ayudante Graduado Simple en Filosofía Medieval.

Jurado: Susana Violante – Leandro Catoggio – Nora Bustos – Juan Francisco Arias

Ganador: Nicolás Martínez Saez

Designado

Mayo 2018:

Ayudante Graduado Simple en Filosofía del Lenguaje.

Jurado: Federico Penelas – Andrés Crelier – Alejandro Silva – Iván Sastre

Ganador: Esteban Ferreyro

Designado

Julio de 2018:

Ayudante Graduado Simple y Profesor Adjunto Simple en Gnoseología.

Jurado: Susana Violante – Gustavo Salerno – Romina Verón – Juan Francisco Arias

Ganadoras: Ayudante Graduada: Leticia Basso – Profesora Adjunta: Sonia López Hana

PENDIENTES DE DESIGNACIÓN

Ayudante Graduado Simple en Antropología Filosófica.

Jurado: Diego Parente – Gustavo Salerno – Mariano Martínez – Ana Álvarez

Ganadora: Catalina Barrio

PENDIENTE DE DESIGNACIÓN

Profesor Adjunto Simple en Ética.

Jurado: Luis Varela – Andrés Crelier – María Elisa Rossi – Ana Álvarez

Ganador: Gustavo Salerno

Designado

Profesor Adjunto Simple en Filosofía Medieval.

Jurado: Susana Violante – Catalina Barrio – Ana Álvarez

Ganador: Julián Barenstein

PENDIENTE DE DESIGNACIÓN

 

2018/2019

 

Ayudante Graduado Simple en Filosofía Moderna

Jurado: Cecilia Colombani – Leandro Catoggio – Romina Verón – Juan Francisco Arias

No se realizó por hacerse efectiva la sustanciación del concurso correspondiente.

 

Julio 2019

Ayudante Graduado Simple en Filosofía Antigua

Jurado: Cecilia Colombani – Susana Violante – Romina Verón – Juan Francisco Arias

Ganador: Miguel Alberti

Designado

 

Dado que aún nos quedan docentes por designar desde hace ya dos años, recursos del Departamento de Filosofía que están siendo subejecutados y no pueden ser utilizados para cubrir las necesidades de la propia carrera, la imposibilidad de realizar concursos por tiempo indeterminado y las solicitudes de mayores opciones de cursadas durante el segundo cuatrimestre, apelamos a la voluntad política del Consejo Académico y las autoridades que lo presiden para aprobar dichas designaciones interinas.

 

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Triunfo del movimiento estudiantil

Gracias al trabajo, la organización y la lucha llevada a cabo en unidad con distintas fuerzas políticas estudiantiles, de graduadxs, docentes y de trabajadores y a la enorme solidaridad y el acompañamiento del conjunto de la comunidad universitaria y, en especial, de la Federación Universitaria Marplatense, hemos podido conquistar un triunfo de carácter histórico. Logramos que el Consejo Académico de Humanidades apruebe por unanimidad dos de las tres ayudantías concursadas por nuestro compañero Juan Francisco Arias, quien ya está designado en Introducción a la Filosofía y Gnoseología. Además, conseguimos que no puedan votar en contra de su designación en Filosofía de las Ciencias. Este tercer concurso se enviará a la Sub Secretaría Legal y Técnica de Rectorado.

El acompañamiento de los distintos sectores que componemos la Universidad ha sido clave en defender el trabajo del compañero (aunque la decana considere que las ayudantías no son un trabajo). Logramos poner en agenda la lucha contra la discriminación, la persecución y la desigualdad ejercida por un sector oscurantista que maneja parte de la Universidad. Lamentamos profundamente una nueva manifestación servil en el accionar de HxEP, la conducción del CEH. El movimiento estudiantil se mostró dispuesto a discutir frontalmente en todo momento el tema con su conducción, sin embargo, HxEP decidió priorizar su alianza con la decana y se comportó como una verdadera burocracia incluso guardándose información para operar contra el estudiante a espaldas del conjunto.

Lamentablemente, en cuanto a la tercera designación, en Filosofía de las Ciencias, lxs Consejerxs de Pluriversidad y de HxEP, decidieron desconocer la conformación del jurado votada por unanimidad en el CAD de Filosofía y en el Consejo Académico (es decir, por ellxs mismos), la ausencia de recusaciones al jurado, la convocatoria pública del concurso encuadrada en la OCA 1636/99 y sus modificatorias, así como la inscripción de todxs lxs postulantes, la sustanciación del concurso, el dictamen unánime con el orden de mérito que da como ganador a Arias y la ausencia de impugnaciones frente al resultado. Sin embargo, dieron por válida una nota de uno de los profesores de la materia, Fernández Acevedo, presentada con posterioridad al desarrollo del concurso, en la que manifiesta disconformidad por no ser parte del jurado y solicita que se rehaga el concurso. El problema repentinamente cambió. Ya no se trataba de la “naturaleza de las ayudantías” como aparece en los considerandos de la RD inicial (que excluye al estudiante de su designación), ahora había otro elemento: la nota del docente enviada un mes después de que los concursos ya habían sido elevados para su designación (la nota es del 29 de abril) apelando a otro reglamento diferente al que encuadra los concursos de ayudante estudiante. A caballo de tan burda maniobra desplegaron sus incoherencias. Por más que intenten disfrazar la discriminación y la persecución, resulta transparente que el problema es que quien resultó ganador es un estudiante opositor. Agregamos que el jurado se conformó de acuerdo a la normativa que se utiliza en Humanidades desde hace años en todos los concursos de ayudantes estudiantes (la OCA 1636), contaba con docentes del área y fue aprobado en todos los órganos de cogobierno correspondientes. 

En tal caso, si la conformación de la comisión asesora se trata de una violación al reglamento, tal violación fue realizada por el propio Consejo Académico y habría que revisar todos los concursos realizados bajo esa normativa hasta la fecha. Sin embargo, la salida para nada elegante de la mayoría docente, la Decana, graduadxs y estudiantes (Hxep), tan populares ellxs, fue la de pretender subsanar justo ahora, justo cuando había que designar a un estudiante en particular (“referente de una organización política” según sus propios dichos), sus “errores” pasados, violando flagrantemente los derechos del estudiante en el presente. En síntesis. Para no violar una norma (que no es la que rige los concursos y que aparece porque es citada por Fernández Acevedo en su nota) decidieron violar otra norma (la que rige los concursos) al tiempo que avasallar los derechos del postulante ganador y sentar un precedente preocupante y regresivo para lxs derechos estudiantiles en su conjunto. Y por qué no de todos los cuerpos que conforman la comunidad universitaria. 

Vivimos un momento complicado, más aún si consideramos la necesidad de organizarnos y expresar nuestro desacuerdo frente a las injusticias. Pero esta victoria da cuenta de que no podemos dejar de insistir. La lucha sirve. La organización sirve. Si en nuestro horizonte tenemos una sociedad más justa y democrática, si en nuestro horizonte tenemos una universidad más justa y más democrática, es gracias a que otrxs como nosotrxs no han dejado de alzar la voz. La lucha no termina acá. Las autoridades continúan discriminando al estudiante con maniobras que a esta altura carecen de cualquier maquillaje. Pero eso no es del todo negativo, que tengan que exponerse desnudos, tal cual son, es resultado de la lucha y la unidad, de un movimiento estudiantil crítico y combativo. Mientras las autoridades pretendan continuar con el uso privado de lo que es público, la rebeldía seguirá siendo nuestro derecho. 

Compartimos el link a la sesión de Consejo Académico para que lo veas vos mismx:

 

Respuesta al correo electrónico de la Gestión de Sleimen

Tras la difusión de la situación, tras la participación activa de las diferentes fuerzas del campo popular que conforman la vida en la Facultad y la Universidad, tras el tratamiento del tema y el pronunciamiento por parte de la Federación Universitaria Marplatense, recién luego de todo eso, la Decana elaboró las Resoluciones de decanato (RD) correspondientes para designar a lxs docentes que dictaron el curso de ingreso en Filosofía y para designar a lxs ayudantes estudiantes en los cargos obtenidos por concurso público de oposición. Sin embargo, la designación no fue total, sólo aprobó 5 (cinco)  de las 8 (ocho) ayudantías concursadas. Las razones esgrimidas en la RD -ser inédito que un estudiante gane 3 cargos- desnudaron las verdaderas razones (en el mismo expediente se aprueba a otro estudiante que obtuvo 2 cargos). Decíamos, desnudaron las verdaderas razones: Juan Francisco Arias hace política y es un militante de una organización opositora a la gestión de Humanidades. A eso le llamamos persecución política: ser discriminado por diferencias ideológicas con quienes ejercen el poder y tienen una relación jerárquica, asimétrica, respecto del estudiante. Hace tiempo que habitamos la Facultad de Humanidades y lamentablemente no podemos comprender esta situación como un hecho aislado, es más bien un eslabón más de una cadena extensa.

Portada 1

Luego de que hiciéramos pública nuevamente esta situación, el equipo de gestión de la Facultad de Humanidades, decidió, mediante un mail que envió a la comunidad universitaria, explicar por qué hicieron lo que hicieron. Que se hayan visto en la obligación de explicar, luego de las exigencias de que así lo hicieran, nos hace pensar que existe todavía en esos sectores que conforman la gestión cierta cuota de racionalidad y estima de la democracia, que entiende que las tareas de un funcionario público contienen responsabilidades, obligaciones y se hallan dentro de un entramado legal que no puede ser desconocido.

Sin embargo, consideramos que las razones aducidas en el mail del que hablamos trasladan infantilmente responsabilidades, contienen información que no se condice con los hechos, desconoce los reglamentos y dice demasiado sobre cómo esta gestión comprende el ejercicio de los cargos públicos. Es por ello que vamos a responder punto por punto a lo enunciado por el equipo de gestión en su mail. No nos molesta tener que escribir y escribir, la pereza no es aliada de quienes hemos elegido transitar críticamente las instituciones que habitamos.

No es fácil, dado que mientras escribíamos este texto, la persecución política denunciada fue explicitada públicamente mediante el comunicado de la agrupación de la decana: Pluriversidad. Sin embargo, haremos el esfuerzo porque estamos convencidos que un buen ejercicio democrático supone discutir los mejores argumentos del interlocutor. Y esos argumentos no están en el comunicado de Pluriversidad, allí solo vemos el facilismo de atacar al otrx convirtiéndolo en el espantapájaros. La caricaturización del otrx, su demonización, no tiene otro cometido que el de desautorizar su palabra, convertirlo en nada. Más si ello se hace desde el ejercicio de la autoridad y del poder. Pensamos que no se trata sólo de ganar batallas, creemos que es bueno ganarlas con buenas razones.

Pero, basta de preámbulos. Vayamos al mail.

Dicen:

En ambos casos, se trata de expedientes de designaciones docentes del Departamento de Filosofía, que debían ser tratados por el Consejo Académico a finales de marzo y que, en el marco de la situación actual de interrupción de su funcionamiento, debieron ser objeto de Resoluciones de Decanato. Es menester recordar que todas las designaciones docentes se realizan a través de una ordenanza del Consejo Académico, y que las resoluciones del Decanato son un recurso extraordinario que se utiliza exclusivamente para resolver cuestiones sencillas o urgentes. Los decanos no están obligados a utilizar este recurso estatutario, pero pueden hacerlo con total legitimidad, teniendo en consideración que sus decisiones deberán luego ser refrendadas por el Consejo Académico.

Claro, exactamente. Venimos diciendo esto hace semanas. En el marco de la pandemia, el Consejo Académico no está funcionando. De ahí la necesidad de que se arbitren los medios necesarios para que lxs ayudantes estudiantes y lxs docentes del curso de ingreso de Filosofía puedan cobrar su salario. El único modo de hacerlo a nuestro entender era justamente una Resolución de Decanato (RD). Así que en este punto han acordado con nosotrxs. Efectivamente, como las RD son un recurso extraordinario que se utiliza para resolver cuestiones sencillas y urgentes, añadimos que cobrar el salario es a nuestro entender un tema de urgencia.

Los dos casos “denunciados” tienen algunas similitudes, pero también diferencias importantes. Por ello los explicaremos separadamente, siguiendo simplemente el desarrollo de las acciones contenidas en el expediente y aludiendo a las más elementales normas de funcionamiento de la Universidad, definidas por su Estatuto y sus ordenanzas.

Claro que sí, hay similitudes: que en ambos casos lxs trabajadores no estaban percibiendo su salario. Y diferencias, algunas relevantes, por ejemplo que lxs docentes del curso de ingreso ya habían trabajado durante los meses de febrero y marzo; lxs estudiantes ganadores de los concursos, por su parte, había que darlos de alta para que puedan comenzar a trabajar y así percibir su correspondiente salario. Volveremos sobre este punto más adelante, especialmente sobre la última oración. Porque creemos que justamente el accionar de la Decana en su RD lo que NO hace es seguir las normas de funcionamiento de la Universidad, definidas por su Estatuto y sus ordenanzas.

En primer lugar, se denuncia a la Facultad por la (no) designación de dos graduados que habrían dictado el curso introductorio que ofreció el Departamento de Filosofía en marzo de este año. 

En primer lugar la denuncia es a la Decana quien es la encargada de firmar la RD. Más allá de cómo sea la deliberación previa a la publicación de la RD, lo cierto es que quien tiene la potestad para elaborarla y firmarla es la Decana Silvia Sleimen.

El 18 de diciembre de 2019, dicho Departamento solicitó la designación de dos graduados para tales fines, y el expediente le fue inmediatamente devuelto por no adjuntar la documentación necesaria para su tratamiento. Con esa documentación adjunta, la solicitud volvió a ser elevada por el Departamento el 28 de febrero de 2020, y recibida el 2 de marzo por la Secretaría Académica de la Facultad. Seguidamente, se informó al Dr. Diego Parente -cosa que ya se había hecho para otros dos casos similares unos días antes- que la designación debía realizarse en alguna asignatura del Plan de Estudios, debido a que los cursos de ingreso no forman parte de la oferta académica, y que tanto la Facultad como los demás Departamentos organizan los cursos, talleres y charlas para ingresantes a través de la participación voluntaria de docentes, graduados y estudiantes avanzados. En cumplimiento de lo solicitado, y habiendo tomado conocimiento del contenido del expediente, el Dr. Parente elevó el 29 de abril la nota con las especificaciones requeridas oportunamente, solicitando la designación de ambos graduados en la asignatura Introducción a la Filosofía. 

El departamento de Filosofía elevó para su aprobación la designación de lxs docentes que habían trabajado en el curso de ingreso, como lo venía haciendo años anteriores. Cuando el Departamento de Filosofía recibe esos expedientes nuevamente lo que solicitaba la Decana de la Facultad era que se adjunten las firmas de todxs lxs consejerxs departamentales que habían estado en la sesión de Consejo Departamental en la que se había tratado dicho tema. Exigencia que no se encuentra normada y que dilata el tratamiento. De todos modos, el Departamento de Filosofía, tratando de cumplir con lo solicitado, elevó nuevamente el expediente con el pedido de designación adjuntando el acta de la sesión de Consejo Departamental.

Nunca se solicitó al Departamento de Filosofía que lxs docentes sean designadxs en alguna asignatura del Plan de Estudios, debido a que los cursos de ingreso no forman parte de la oferta académica, y que tanto la Facultad como los demás Departamentos organizan los cursos, talleres y charlas para ingresantes a través de la participación voluntaria de docentes, graduados y estudiantes avanzados. De hecho, esta directiva es novedosa y extraña, más aún cuando se hace sin el funcionamiento de los órganos de cogobierno en medio de la cuarentena.

Para la gestión la culpa es del otro siempre. Un clásico. En este caso, afirman, que la culpa es del Departamento de Filosofía. Pero no. El Departamento de Filosofía elevó todo en tiempo y forma, de la misma manera que lo ha hecho durante los últimos 3 (tres) años, tiempo que lleva funcionando el curso de ingreso. Dicho curso fue propuesto por la entonces directora del Departamento de Filosofía: Patricia Britos durante su dirección, se sostuvo durante la dirección de Crelier y funciona en la dirección actual de Parente. El curso de ingreso se realiza desde hace 3 (tres) gestiones del departamento. Siempre se hizo igual. Siempre se aprobaron lxs docentes para trabajar en el curso de ingreso. Aquí abajo les dejamos para que vean la OCA del 2019 donde las mismas funcionarias que hoy lo niegan, aprueban el pedido.

Siempre fue un mero trámite que no requirió más que la presentación de la nota. Estamos hablando de dos designaciones a término de Ayudantes Graduados durante 1 (un) mes, sueldos de a lo sumo 10.000 pesos. La gente que decide que esos sueldos no se cobren tienen cargos exclusivos, cargos de gestión y vaya a saber qué más. Deben ganar más de 80.000 pesos al mes.

Con todo, el director del Departamento de Filosofía, atendiendo a la gravedad del caso y a la urgencia de que los salarios puedan ser cobrados por lxs trabajadorxs, elevó ahora el pedido de designación de lxs docentes del curso de ingreso en una asignatura de la currícula tal cual fue solicitado por la Secretaria Académica. De todos modos, es llamativo que en el medio de la cuarentena se nos dé una nueva directiva que continuamos sin comprender. Continúa pendiente que la gestión explique por qué cambió las reglas.

A su vez, el Centro de Graduados de Humanidades nos solicitó que atendiéramos a esta situación extraordinaria, y procediéramos con las herramientas que el Estatuto habilita. De este modo, el problema fue resuelto a través de la RD 591/20 (disponible en el Boletín Oficial, nº 323 del 6 de mayo de 2020, y que adjuntamos). 

Aquí es necesario aclarar que la conducción del Centro de Graduados de Humanidades es parte de la gestión de la Facultad. Por esa misma razón, el CGH se negó a denunciar la situación que atravesaban lxs graduadxs afectadxs y a responsabilizar a decanato por el incumplimiento en el pago de sus sueldos. Hicieron público un comunicado en el que decían haber hablado con las autoridades y que la respuesta había sido favorable. Nada más. Lo cierto es que ninguna de esas charlas privadas hizo que la RD se aprobara para que lxs docentes pudieran cobrar, más bien fue la publicidad que le dimos a la situación y la aceptación del Departamento de Filosofía de elevar ahora la designación como secretaría académica estaba exigiendo.

Reiteramos que esta medida extraordinaria reemplaza por razones de fuerza mayor a las ordenanzas del Consejo Académico, órgano de cogobierno en el que está representados todos los claustros y en el que se expresan democráticamente todos los sectores de la Facultad. Al utilizarla, la Decana demostró su vocación de resolver el problema, ocasionado en repetidos errores administrativos del Departamento de Filosofía.

En el Consejo Académico no están representados todos los sectores de la facultad. Ni cerca. En este momento, la Decana, la mayoría docente, lxs graduadxs y lxs estudiantes son del mismo sector político (Pluriversidad + Nuevo Encuentro). Mientras que solo hay dos consejerxs de otro sector político, la minoría docente. Por otra parte, lxs trabajadores no docentes no cuentan con voto en dicho órgano de cogobierno. El consejo académico no solo deja afuera a múltiples sectores políticos sino que privilegia al claustro docente por sobre los otros. Ustedes dirán, ganamos las elecciones. Ciertamente, es indiscutible (aunque podríamos discutir largo y tendido las prácticas viciadas de la propia institución que derivan en tal endogamia, o la naturaleza misma de los órganos de cogobierno, pero ese es otro tema). Ahora bien, eso no significa que sea un espacio en el que se expresan democráticamente todos los sectores de la Facultad. De hecho, cuesta mucho poder dialogar en los consejos académicos sin consejerxs que nos den la palabra. Lo que también es indiscutible es que el Departamento de Filosofía tiene sus propias elecciones de claustro aún cuando los resultados no sean de su agrado, sus representantes han sido legítimamente elegidos. Quienes somos representantes en el cogobierno de Filosofía podremos ser sectores minoritarios como ustedes nos llaman, pero aún así representamos a la comunidad de una carrera que forma parte de la Facultad de Humanidades. Creemos que una práctica democrática en el ejercicio del poder debería bregar por la tolerancia, la convivencia y el pluralismo.

Respecto de la “voluntad de la Decana para resolver el problema”. Ni la Decana ni las autoridades de la Facultad de Humanidades mostraron voluntad de resolver el asunto. La respuesta de la Secretaria Académica a una de las docentes que dictó el curso de ingreso para Filosofía lo muestra con claridad. Abajo pueden verlo. Increíblemente, la docente casi que es acusada por haber trabajado y no se le responde absolutamente nada en relación a su salario.

Nota 1

Nota 2

Podemos ver en éstas dos imágenes la nota presentada por lxs docentes del Curso Introductorio a las Carreras de Filosofía. Y, a continuación, también en dos imágenes la respuesta de la Secretaria Académica.

SEC 1SEC 2

 

Siguiendo con el tema de la voluntad. No es voluntad lo que exigimos, este asunto no es una cuestión de buenas intenciones. Lo que exigimos es que lxs funcionarixs públicos cumplan con sus deberes. En el presente caso, la RD se torna un deber de la Decana. Respecto de la última oración del párrafo “errores administrativos del Departamento de Filosofía, ya lo contestamos más arriba. No hubo ningún error, hubo una solicitud diferente, en el medio de la cuarentena y con el reclamo por los salarios adeudados ya iniciado. Y si fuera un error, entonces hace 3 años que lo venimos cometiendo, y no sería exclusivo del Departamento de Filosofía, sino también de la gestión que aprobó las ordenanzas durante esos 3 años.

En segundo lugar, se denuncia a la Facultad por la (no) designación de un estudiante en tres cargos de ayudante alumno del mismo Departamento. Como todos los años, se realizaron entre diciembre y marzo distintos concursos de ayudantías estudiantiles en todos los Departamentos. Estos se tramitan por las vías administrativas corrientes: las comisiones asesoras elaboran propuestas que, tras el cumplimiento de todos los pasos necesarios en la oficina de Concursos (en particular, la firma de los dictámenes por los integrantes de las comisiones asesoras y la notificación de los resultados por los aspirantes), son sometidos al Consejo Académico. En el caso de los concursos del Departamento de Filosofía, algunas comisiones asesoras entregaron sus dictámenes a comienzos de marzo, en ciertos casos ya con firmas digitales por estar sus integrantes en cuarentena obligatoria o residir fuera de la ciudad, y el día 17 de marzo se notificó el último de los estudiantes que podía hacerlo, quedando pendiente la notificación de otro más que no se encontraría en la ciudad hasta fin de mes.

No obstante faltar este paso requerido para el tratamiento del expediente, la administración le dio curso, para que pudiese tratarse en el Consejo Académico antes de la finalización del mes, y hacer posible las designaciones el 1º de abril. Lamentablemente, dicho cuerpo sesionó por última vez el día 18 de marzo, sin posibilidad de que se reuniera la comisión de asuntos académicos, y luego el pleno del cuerpo. Junto con muchos otros, este expediente quedó en el edificio de la Facultad. En el marco de las numerosas dificultades y urgencias de las primeras semanas del cuatrimestre, y en particular de la organización de las cursadas virtuales, nos reunimos con la comisión directiva del Centro de Estudiantes de Humanidades, que nos manifestó su preocupación por este expediente. En ese encuentro, celebrado el día 22 de abril, nos comprometimos a dar una respuesta en el curso de la siguiente semana. 

Denunciamos a la Decana Silvia Sleimen por haber discriminado a Juan Francisco Arias al realizar una RD que aprobaba a todxs lxs ganadores de los concursos menos al mencionado estudiante. Por incumplir con su deber. Por persecución política. Volveremos sobre este punto.

Antes de eso, queremos aclarar que en primer lugar denunciamos que durante el periodo 2018-2019 la Gestión de la Facultad se negó sistemáticamente a realizar los concursos de las ayudantías estudiantiles alegando, falsamente, que se presentaron fuera de término las documentaciones para la conformación de las comisiones asesoras. Si no fuera falso el motivo, no se explica por qué durante todo el año 2019 nos vimos obligadxs a reclamar en cada una de las instancias formales la realización de los concursos, e incluso hubo posibilidad de organizarlos para Agosto de 2019, pero tampoco sucedió. El resultado fue que durante todo el año 2019, Filosofía no pudo hacer uso de los recursos correspondientes a las ayudantías. ¿Dónde fue a parar ese dinero? Nunca recibimos una explicación.

Los concursos pendientes recién se llamaron para ser sustanciados entre diciembre del 2019 y marzo del 2020, algo que solo fue garantizado por la colaboración activa del Departamento para organizar las comisiones asesoras. Finalmente, una vez que todos los concursos finalizaron, y luego de esperar un tiempo considerable para que las ayudantías sean aprobadas, pasamos a reclamar la designación de lxs estudiantes de Filosofía tal como se hizo en las demás carreras.

Continuando, si tal como expresan “los expedientes debían ser tratados en marzo”, ¿por qué no lo trataron en el último Consejo Académico que hubo previo a la cuarentena? Realizaron un Consejo Académico de urgencia el 18 de marzo (comisiones express y plenario en el mismo día) en el que se aprobaron las plantas docentes para que todos lxs docentes pudieran cobrar -algo que correspondía-, en ese mismo momento se podrían haber aprobado estas designaciones también.  No está demás aclarar que es la gestión de la Decana Sleimen la que se encarga de los expedientes y su organización, no los Departamentos de las distintas carreras.

Otro punto importante que nos interesa mencionar. Se aprobaron todas las ayudantías de todas las carreras, menos las de Filosofía. Incluso, en Cs. de la Información terminaron de hacer los concursos para la misma época que en Filosofía. Con lo cual, la voluntad que mencionan, aunque queramos asirla se nos hace cada vez más lejana.

Respecto de la reunión que se menciona con la Comisión Directiva del Centro de Estudiantes. Estamos perfectamente al tanto pues gracias a la organización colectiva, a la insistencia por los medios formales, a la publicación y socialización de los hechos, se logró que el problema de las no designaciones sea tratado en una Comisión Directiva del Centro de Estudiantes en la que por supuesto participamos. De la misma derivaron dos resoluciones: realizar una reunión con el equipo de gestión FH (reunión que mencionan en el mail) y la participación de estudiantes en el Consejo Académico virtual (donde también volvimos a plantear la preocupación y solicitamos la designación por RD). Lo cierto es que en ninguno de los casos, permitieron que la totalidad de la comisión directiva participe. Luego, en ninguna de las instancias contestaron por qué no designaban a lxs ayudantes de Filosofía. La respuesta giró siempre alrededor de la misma tónica: no vamos a hablar de eso ahora, esto no es parte del temario, ya va a salir y otras evasivas por el estilo. Nunca la respuesta fue como enuncian “nos comprometemos a dar una respuesta en el curso de la siguiente semana”.

44:59 pueden ver la intervención del compañero en el CA, tal lo decidido en la comision directiva del CEH, la respuesta de la Decana y los contundentes silencios de lxs Consejerxs Docentes por la mayoría, de Hxep y del Centro de Graduados.

 

Y eso hicimos: nos desplazamos hasta el edificio de la Facultad, recuperamos el expediente y procedimos a su estudio para elaborar una respuesta institucional. Al hacerlo, observamos con sorpresa que tres de las ocho designaciones propuestas tenían como destinatario a un mismo estudiante, y que esto constituía un hecho inédito en la Facultad de Humanidades. A nuestro entender, este caso ponía en discusión la naturaleza misma de las ayudantías estudiantiles, que son una experiencia formativa y acompañan la realización de los estudios de una carrera, tal como se desprende de los fundamentos de la normativa de la Universidad y de cada una de sus unidades académicas. Pensamos que una triple designación, que equivale a una dedicación de 30 horas semanales, resulta ajena a una política ajustada al espíritu de las normas que definen las ayudantías estudiantiles, y a la visión de una universidad plural, inclusiva y democrática. Estamos convencidos de que dicha dedicación a la docencia desnaturaliza la condición de alumno de quien la ejerce y, a su vez, priva a otras y otros estudiantes de la posibilidad de acceder a este tipo de oportunidades formativas. Si el Consejo Académico no comparte esta posición, podrá fundamentarlo y actuar en consecuencia, desautorizando las designaciones realizadas y, eventualmente, proponiendo aquellas que considere convenientes.

Finalmente, tras la difusión de la situación, tras la participación activa de las diferentes fuerzas del campo popular que conforman la vida en la Facultad y la Universidad, tras el tratamiento del tema y el pronunciamiento por parte de la Federación Universitaria Marplatense, recién luego de todo eso, la Decana decide realizar la RD correspondiente. En primer lugar, nos parece necesario decir que si no era responsabilidad de la Decana hacerla (tal como dicen en el mail) entonces por qué finalmente la hizo. Más que buena voluntad, nos permitimos interpretar su accionar como efecto del conflicto. Si la hubiese sacado ni bien se comunicó el Departamento de Filosofía o lxs propixs afectadxs, ninguna denuncia hubiese tenido lugar.

Bien, volvamos. La decana finalmente sacó la RD que aprobaba las ayudantías, pero decidió en el mismo acto realizar la designación de 5 (cinco) ayudantías de 8 (ocho). Dejando a uno de lxs estudiantes que había ganado 3 de ellas sin ningún cargo. Todo lo que aparece como razones para su no designación son inconducentes. Las comisiones asesoras fueron aprobadas por el Consejo Académico, los concursos se realizaron de acuerdo a los reglamentos, participaron varixs estudiantes, las comisiones asesoras elaboraron sus dictámenes con lxs ganadores, no hubo impugnaciones. ¿qué sigue? Aprobar a lxs ganadores de los concursos. No hay mucho más para discutir en este punto y la Decana Silvia Sleimen lo sabe. Puede que el ganador no sea de su agrado, que le parezca raro que haya ganado 3 cargos (y no 2, recordemos que hay un mismo estudiante que gana 2 cargos y es aprobado sin problemas) o incluso hasta creer que no se los merece, en cualquier caso: tiene que aprobar su designación porque es su deber. Porque no existe un reglamento que limite la cantidad de ayudantías. Lo mismo vale para el Consejo Académico. Pueden discutir la naturaleza de los cargos todo lo que quieran, pueden incluso elaborar una nueva ordenanza, lo que no pueden es desconocer los reglamentos vigentes. Y aún cuando elaboraran una nueva norma, no podrían aplicarla de manera retroactiva. En este punto, tanto la Decana con una RD como el CA debe designar al ganador de los concursos. Vale subrayar que la participación en un concurso, genera una serie de derechos, uno de ellos es ser designado si se gana el concurso. Si unx no va a ser designadx tras ganar un concurso, no se entiende como se le permite presentarse. Nosotrxs creemos que no tenemos que explicarles esto. No los subestimamos. Y es por esa razón es que no nos dejan otra opción que pensar que es un caso de persecución política.

Pero, por mor del argumento, dejemos de lado esa cuestión y seamos benevolentes. Consideramos muy sano debatir sobre “la naturaleza de las ayudantías estudiantiles” así como tantas otras cuestiones que hacen a la vida académica, por ejemplo los atributos que se arrogan las autoridades institucionales cuando consideran que el ocupar un cargo público les da legitimidad para hacer y deshacer sin mayores explicaciones, por mero verticalismo. Nos parece sano discutir el modo de acceso a la docencia universitaria y los objetivos que se persiguen. Nos interesa discutir cómo se realizan los concursos y el tratamiento que se les da a las impugnaciones con sustento concreto. Es decir, nos parece sano discutir cuestiones de fondo que atañen a la Universidad Pública, a la educación, y consideramos que la instancia de deliberación -cuando es genuina- es bienvenida.

Ahora, no consideramos que el momento de discutirlo sea a la hora de designar una ayudantía estudiantil ya concursada. Otra vez. No se legisla de manera retroactiva, eso es una máxima del Estado de Derecho en el que se encuentra la institución universitaria. Por ejemplo: consideramos que los resultados de la virtualidad en la educación son muy discutibles, sin embargo, no hemos realizado acciones para impedir que las clases continúen ni mucho menos para que lxs docentes cobren su salario. Hay momentos e instancias para plantear las discusiones, así como modos de ejecutar acciones que atañen a trabajadores. Luego, si el consejo académico no está de acuerdo, tampoco podría votar en contra, porque no se puede votar algo contra las normas: no se puede votar que el que ganó pierda porque no me gusta que haya ganado justo ése.

Por otra parte y respecto a las 30 horas: muchas veces sucede que hay estudiantes con dos ayudantías y también son adscriptos en otra asignatura. Eso implica 30 horas. También existen casos de estudiantes que se adscriben en 3 asignaturas o más. Sucedió y seguirá sucediendo. Nunca se trató de un problema. ¿El problema sería que cobren?  3 (tres) ayudantías sería algo así como 15.000 pesos ¿es mucho para una Facultad que no para de agrandar su planta de gestión creando subsecretarías de subsecretarías? Más allá de que la norma permite explícitamente a los docentes tener hasta 5 (cinco) cargos simples, tampoco parece ser un problema de fondo para la gestión a la hora de designarlos en 3  (tres) cargos o más. De hecho en Filosofía hay casos y la gestión no discutió la naturaleza de los cargos simples y no “resulta ajena a una política ajustada al espíritu de las normas que definen las ayudantías [docentes], y a la visión de una universidad plural, inclusiva y democrática.” Es muy notorio el cambio de criterio.

Algo más queremos agregar. Si el problema fue ganar 3 cargos y no 2 y si existe buena voluntad para resolver la situación ¿no podían comunicarse con el afectado para hacer explícito el problema? Si fuera genuina la preocupación le hubieran ofrecido elegir dos y mantener una en suspenso, por ejemplo, pero ni siquiera le respondieron los mails (como podrán leer a continuación de éste párrafo). Esto muestra que el argumento utilizado es, no sólo algo por fuera de las normas, sino un inocultable acto de discriminación.

A continuación les dejamos el mail escrito por lxs estudiantes (con fecha 27 de abril) y la respuesta de mesa de entradas de la Facultad de Humanidades confirmando el recibo. Todavía no ha recibido respuesta de las autoridades.

 

Solicitud de Arias y otrxs ayudantes estudiantes.

Única respuesta institucional.

 

Algunas preguntas que nos hacemos al releer: ¿quiénes piensan esto que dice el párrafo que citamos?¿Quiénes están convencidos de esto? ¿a quienes refiere el plural? ¿con qué comunidad se discutieron tales valoraciones? Para nosotrxs es claro que quien dictaminó que no era apropiado designar a Francisco Arias fue la Decana Sleimen, porque las RD las hace la decana. Consideramos que si todos los pasos del concurso se cumplieron al pie de la letra de la normativa y no hay impugnaciones, la Decana no debería dedicarse a realizar juicios valorativos, debería designar. Los concursos fueron de hecho plurales, democráticos e inclusivos. Si existen ciertas pautas para poder concursar y quien las cumplió además ganó, tiene el derecho de acceder a esta instancia laboral y de formación.

Mientras tanto, nada obliga a un Decano o una Decana a actuar contra sus convicciones, sin ninguna norma que lo prescriba. En la Universidad pública, los cuerpos colegiados constituyen el espacio de definición de la política académica institucional.

A esta sentencia le vamos a dedicar sus propias líneas. Nos llama poderosamente la atención la siguiente afirmación: nada obliga a un Decano o una Decana a actuar contra sus convicciones, sin ninguna norma que lo prescriba”. Si lo que eso significa es que no se puede ir en contra de las normas aún cuando sean contrarias a las convicciones de la Decana, entonces estaríamos frente a lo que Maliandi llama “autocontradicción performativa”. A saber, afirmar justamente aquello que no cumple en su RD. Atenerse a la norma. Designar al ganador de los concursos aún cuando sea contrario a sus creencias. Ahora bien, si lo que esa oración significa es que las normas solo son cumplidas cuando se adecúan a las convicciones de quien debe cumplirlas, la propia función de las normas se volvería fútil. Y la discrecionalidad de los funcionarios públicos sería moneda corriente.

Imaginemos que un decano tiene la convicción de que el Consejo Académico no debe estar integrado por estudiantes. Lamentablemente, sus convicciones quedarán para la esfera privada, en tanto decano está obligado a cumplir los estatutos. Incluso si sus convicciones concuerdan con los estatutos, lo relevante en tanto funcionario público es que cumpla con los estatutos, no cuáles sean sus convicciones.

Por último, efectivamente “en la Universidad pública los cuerpos colegiados constituyen el espacio de definición de la política académica institucional”, acordamos. Pero existen normas que regulan a los cuerpos colegiados y también deben ser respetadas.

Por lo tanto, entendimos que una Resolución del Decanato no podía resolver un tema tan delicado, y reemplazar al Consejo Académico en un asunto que, sin dudas, merece el debate entre los diferentes claustros. Por eso, tal como se observa en la RD 586/20 (que adjuntamos, y también se halla en el Boletín Oficial), fueron designados los ayudantes que se ajustaban a lo que sucede año a año en nuestra Facultad, y se trasladó al máximo órgano de cogobierno la resolución del caso anómalo. Es decir, por si cabe aclararlo, la Decana designó a los aspirantes propuestos en los cinco casos que se encuadraban dentro de los patrones ordinarios, y la resolución de los tres cargos restantes permanece en el Consejo Académico para su tratamiento correspondiente.

¿Por qué es delicado el tema? Evidentemente jerarquizamos distinto lo que consideramos delicado. Lo delicado es dejar sin cobrar a un estudiante que ganó concursos y no permitirle trabajar mientras que a otros sí se les permite. Lo delicado es no cumplir con las obligaciones acorde al Estatuto Universitario. Si Francisco Arias cumple con los mismos requisitos que el resto de lxs postulantes que ganaron, ¿por qué elige no designarlo? Si toda RD debe luego ser refrendada por el CA, por qué no lo designó primero y que luego sea tratado por el Consejo Académico. ¿Por qué no elevan un proyecto para regular las ayudantías estudiantiles para su discusión? Todo eso se puede hacer. Lo que no puede hacer es no designar al ganador de los concursos, ni la Decana, ni el Consejo Académico.

¿Cuáles son esos patrones ordinarios? ¿Dónde se encuentran? En ninguna de las ordenanzas, ni las del Superior ni la del Académico figura el criterio “inédito” de ganar 3 (tres) ayudantías como motivo para no designar a un estudiante. Tampoco en el estatuto de la universidad que es claro al respecto. En su artículo 36 del Capítulo III puede leerse: Los Ayudantes Estudiantes se designarán por las pautas y procedimientos de evaluación que fije el Consejo Superior y por el término de un (1) año.

En síntesis, en ambos casos se observa que los expedientes tuvieron el circuito pertinente. Si no se hubieran interrumpido las actividades presenciales, se habrían resuelto según el trámite habitual, en el Consejo Académico. Es de público conocimiento que este contexto nos obligó a priorizar la organización de la cursada virtual de 19 carreras, coordinando el trabajo de cerca de 500 docentes y atendiendo las necesidades de casi 5000 estudiantes. La capacidad de resolver muchas cuestiones pendientes se vio así limitada. En estos dos casos, y como se observa claramente en los expedientes, atendimos las inquietudes del Centro de Estudiantes de Humanidades, y del Centro de Graduados de Humanidades, además de las del Departamento de Filosofía, quienes nos solicitaron una solución que con todo nuestro esfuerzo dimos en un cortísimo tiempo.

Si los expedientes tuvieron “en ambos casos el circuito pertinente” y si se “habrían resuelto según el trámite habitual, en el Consejo Académico” ¿qué son todas esas disquisiciones sobre la naturaleza y las cuestiones de fondo a la hora de aprobar una RD que luego debe ser refrendada por el Consejo Académico?

Si se priorizó el aula virtual luego de asegurarse que algunxs docentes cobraran su sueldo y por eso se aprobó la planta docente, entonces, ¿por qué la diferenciación para con los ayudantes estudiantes? ¿Acaso no se lxs considera también trabajadores? Los ayudantes estudiantes también necesitan trabajar para poder solventar estos momentos tan complejos de pandemia. Y necesitan trabajar todxs, no sólo lxs que son de su agrado.

Por otra parte, la situación no hubiera llegado hasta el punto actual si desde el comienzo hubiera habido una vocación de diálogo y solución. Por el contrario, se negó la posibilidad de solucionar el tema en el corto término y se accionó -provocativamente- una vez que la situación cobró carácter público.

Como bien sabe la comunidad de la Facultad, las autoridades han mostrado en estos más de dos años la mejor predisposición para responder las demandas y necesidades de todos los sectores, y atender a ellas desde una perspectiva de interés común y de política institucional. En la medida de lo posible, seguimos haciéndolo en este tiempo de pandemia y aislamiento social, en el que muchos de nuestros docentes y estudiantes deben enfrentar graves dificultades para llevar adelante sus vidas. Lamentamos que algunos actores, y en particular aquellos que tienen responsabilidades de gobierno en nuestra Facultad y lo ejercen dentro de los marcos de la institución, no solamente carezcan de la prolijidad administrativa necesaria para gestionar sus asuntos, sino que también recurran sistemáticamente a la mentira, el escrache y la difamación como herramientas de acción política.

El estudiante al que la Decana Sleimen eligió no designar también es un estudiante de esta Facultad y contaba con este sueldo para poder llevar adelante su vida. Tampoco se vio la predisposición cuando nos negaron la posibilidad de concursar un año entero, eliminando un año de ayudantías. ¿a dónde fue a parar ese presupuesto?

Por otra parte, la Decana es la que está incurriendo en una desprolijidad administrativa. Porque los concursos de las ayudantías fueron más prolijos que todos los que hubo en la historia de Filosofía. Lo único que tenía que hacer era designar y se tomó atribuciones, valorativas y discriminatorias, que no le corresponden en su rol de Decana. Señalar que una funcionaria pública está incumpliendo con sus obligaciones no es un escrache, es la crítica al mal desempeño, a la utilización de lo público como si se tratara de algo privado y eso es lo que no se acepta. Se espera que la comunidad permanezca mansa y sumisa ante los atropellos institucionales. No nos interesa la vida de la Decana, cuestionamos su desempeño en dicha función.

Asimismo, no es cierto que «las autoridades han mostrado en estos más de dos años la mejor predisposición para responder las demandas y necesidades de todos los sectores, y atender a ellas desde una perspectiva de interés común y de política institucional». Ha sido explícito en sesiones de Consejo Académico, por la propia Decana, que el Departamento de Filosofía está considerado de una manera diferente y negativa en relación al resto. La prueba está en esta situación: lo que para otros Departamentos se trata de un mero trámite administrativo (como aprobar ayudantías o docentes de un curso de ingreso) para el Departamento de Filosofía se convierte en una aventura infernal, llena de obstáculos y persecución.

Quien utiliza la institución pública para perseguir actores políticos es la propia gestión de la facultad, y de eso se trata el caso que estamos discutiendo. Y no tenemos problema en continuar el diálogo que iniciamos. Pero, tenemos muy en claro que la discriminación ideológica no es una invitación al diálogo, sino todo lo contrario, es una práctica que mina cualquier posibilidad de convivencia democrática. Y no estamos dispuestos a hacer silencio, la crítica es una elección y también es un modo de rechazo a todo aquello que nos sofoca, nos discrimina, nos aísla, nos desautoriza. No nos importa ser hoy una minoría. Nos importa transformar todo lo que deba ser transformado para que la Universidad Pública sea en los hechos un territorio del pueblo.

Colectivo Mundo x Ganar, 18 de Mayo de 2020

 

En medio de la pandemia, la Decana de Humanidades persigue y deja sin trabajo a un estudiante

Persecución política, perpetrada por la Decana de Humanidades, en el contexto de la cuarentena contra uno de lxs estudiantes que encabezó el reclamo por las ayudantías. La Decana Sleimen resuelve la designación de cinco de las ocho ayudantías y deja a Francisco Arias sin designar, sin cobrar su sueldo y sin obra social en el contexto de la pandemia. Victoria de la lucha e inmediato castigo a uno de lxs organizadores. La decana Sleimen se cree el Sheriff del pueblo y agita sus pistolas al aire: ella está sobre la ley, ella se cree la ley y no le importa lo que digan los reglamentos, ni los derechos, ni nada. Esto no se aguanta más.

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Fueron 8 comisiones asesoras (juradxs) sugeridas por el CAD de Filosofía, 8 comisiones asesoras aprobadas en el seno del Consejo Académico de la Facultad de Humanidades (órgano resolutivo), 8 concursos sustanciados con amplia participación de postulantes, 8 ganadores con dictámenes unánimes, 8 concursos sin impugnaciones por parte de lxs otrxs postulantes, 5 designaciones y 1 perjudicado. La decana es responsable.

No hay motivo que se pueda explicitar. La Resolución de Decanato (clic para leerla completa) es muy clara. La única irregularidad en el circuito es el desempeño de la Decana Silvia Sleimen. Ella misma se autoincrimina al tomarse atribuciones por fuera de las que le corresponden por su cargo, desconoce las ordenanzas y los estatutos y ejerce discriminación contra un estudiante. Todo este accionar se enmarca en los causales por los que un decano “deberá ser separado de su cargo” de acuerdo a lo que plantea el propio Estatuto de la UNMdP, cuando en su artículo 93 inciso B detalla al “mal desempeño de sus funciones”.

Meditemos un segundo sobre el hecho que desnuda la lógica. La RD reza que en el caso del presente expediente se observa que tres de las ocho designaciones propuestas tienen como destinatario a un mismo estudiante. La Decana observa un hecho del mundo. Y continúa: este hecho es inédito en la Facultad de Humanidades y se aleja por lo tanto de cualquier situación ordinaria que se haya tratado. Adjetiva el hecho del mundo, toma impulso (no mucho, por cierto) y da el salto: no corresponde resolver en una Resolución del Decanato una cuestión de fondo, que atañe a la naturaleza de los objetivos institucionales que la Facultad persigue a través de la designación de ayudantes estudiantes. Argumentación desaprobada en cualquier TP, parcial o tesina. El sofisma de la Decana se detiene en esa observación -aún cuando en el mismo expediente hay otro estudiante que obtuvo 2 cargos-, aprueba el resto de las designaciones  y concluye que no aprobará la designación de Arias porque obtuvo 3 cargos.

Esta forma de argumentar solamente responde a que la Decana quería cumplir con su objetivo político: no designar a Francisco Arias en los cargos que concursó y ganó de manera justa. De otro modo, ¿cuál es la cuestión de fondo que tiene que resolver justo en el momento en el que en realidad sólo le corresponde designar a 8 ayudantes estudiantes, entre ellxs a Francisco Arias? ¿No sería saludable que dichas cuestiones de fondo sean discutidas en el momento y lugar indicado? ¿Cómo se sigue de esa “argumentación” que un postulante que gana 2 ayudantías es designado en las 2, mientras que Francisco Arias gana en 3 materias y no se lo designa en ninguna? ¿Lxs otrxs ganadores de los concursos cumplen con los objetivos institucionales que la Facultad persigue a través de la designación de ayudantes estudiantes pero Francisco Arias no? ¿Por qué? ¿Por ganar tres concursos? ¿Qué nunca haya sucedido vuelve ilegal el hecho? ¿Por qué no le avisaron al estudiante que no se presente en el tercer concurso? ¿Tampoco en el cuarto concurso, del cuál en ese caso no resultó ganador? ¿Era acaso una trampa? No, no le avisaron nada porque NO hay nada contraestatutario en el desempeño del estudiante ni en el expediente completo de estos ocho concursos. La normativa vigente no prohíbe que un estudiante pueda acceder a más de un cargo ganado por mérito académico, por lo cual no sólo no puede ser una razón para no designar, sino que constituye una ilegalidad por parte de la Decana tomarse atribuciones que desbordan las ordenanzas y los estatutos de la UNMdP. De hecho, existe una normativa vigente que habilita a un docente en la universidad a tener como máximo 5 cargos simples.

A todo esto, la conducción del CEH, HxEP, defiende nuevamente a Decanato por sobre los derechos y el trabajo de lxs estudiantes. No se equivocan, actúan consecuentemente. Son perfectamente fieles a su entente con decanato, pasando por encima de la comunidad estudiantil que dicen representar. ¡Indignante! Ante las consultas en relación a la posición que tomarían frente a la resolución, nos contestaron que acuerdan con la RD de principio a fin. Acuerdan con la decisión de dejar a un estudiante trabajador sin salario y sin obra social en el contexto de la cuarentena. No es la primera vez que, como conducción del CEH, actúan como los sindicatos amarillos pactando con las patronales la entrega de la lucha de sus trabajadorxs.

Lamentablemente, siempre puede haber algo peor. Sabemos que la miseria humana puede llegar lejos, pero cada día nos sorprendemos más. Lxs estudiantes de HxEP, lejos de encabezar la lucha de la designación de aquellxs estudiantes que debería representar como gremio, salieron a buscar algún motivo que pudiera ensuciar el procedimiento de los concursos con el único fin de lavarle la cara a la decana. Se comunicaron con postulantes de los concursos en los que Francisco Arias resultó ganador para alentarlos a que presenten impugnaciones. HxEP efectivamente es el brazo estudiantil de vigilancia y protección del ejercicio autónomo de la ley que ejerce la Decana Silvia Sleimen. Sus maniobras no pueden describirse de otro modo que como miserables. ¿A quién puede pedirle apoyo el estudiante si su propio gremio está actuando como la Policía del Sheriff?

Las ayudantías estudiantiles son cargos a término con duración de un año. Los papeles con el llamado a concursos para las ayudantías 2020, están presentados desde el año 2018. Correspondía que se llamaran en 2019. Decanato decidió que no sucediera. Ofrecieron la “opción” de llamarlos para Agosto de 2019, el Departamento de Filosofía aceptó, los papeles eran los mismos, Decanato volvió a no llamar los concursos. Se perdió un año entero de ayudantías para Filosofía, ocho cargos rentados que no pudieron ser cubiertos por ningunx estudiante. ¿Qué pasó con esa plata? Nadie lo informa. A fines de 2019 y principios de 2020, finalmente, tras la insistencia del Departamento y la comunidad de Filosofía, se realizaron los concursos en tiempo y forma, listos para que se designen a lxs ganadorxs y comiencen a trabajar en Abril, como en todas las otras carreras.

Vaya sorpresa cuando llegó Abril y, sin ningún motivo explícito, Filosofía fue la única carrera en la que no se designaron ayudantes estudiantes, una vez más. Llegamos hasta acá en el sinsentido de desprolijidades. Lamentablemente, nosotros no podemos decir que esto sea inédito, es más bien moneda corriente de la gestión Sleimen. No es inédito. Es ilegal. En plena pandemia, con la miseria que azota a lxs estudiantes y sus familias: recorte de recursos. Tras la campaña desplegada en medio de la cuarentena, con la angustia de quienes contaban con ese sueldo, frente al cinismo de las excusas de Decanato y sus acólitos pero con el compañerismo de las organizaciones del campo popular que componemos la vida política en la Universidad, logramos visibilizar este desastre organizado. Frente a eso, la respuesta de Decanato fue un nuevo embate contra la carrera de Filosofía, nuevamente personalizado en un compañero: persecución política.

Insistimos una vez más en que estos ataques personalizados no son personales sino que buscan con temeridad generar miedo y censurar cualquier posibilidad de crítica sostenida consecuentemente. Repudiamos este hecho como un eslabón más de una cadena de infamias que pretenden sujetar y amordazar a las voces críticas que se levantan contra el accionar de la gestión y sus acólitos. Nos dirigimos al conjunto de la comunidad académica y las fuerzas políticas que consideren un derecho legítimo la diferencia en el pensar. La situación del compañero en particular es una expresión de una preocupante y grave situación de persecución política general. Los ataques en este contexto contra nuestro compañero y contra nuestra organización no son contra un particular, un aliado o un adversario político sino contra la libertad de crítica. Si nos arrodillamos frente a los hechos consumados seremos incapaces de levantarnos frente al porvenir.

¡Que la Facultad de Humanidades arbitre los medios para que le pague el sueldo a lxs trabajadorxs!

Solicitamos la designación inmediata de lxs ganadores de los concursos para cubrir los cargos de ayudantías estudiantiles en Filosofía y exigimos el pago de los salarios a lxs docentes que dictaron el curso de ingreso en Filosofía. 

La gestión de Humanidades se niega a realizar las diligencias necesarias para las designaciones de lxs ayudantes estudiantiles que concursaron durante diciembre de 2019 y febrero de 2020. Además, tampoco hizo lo necesario para que lxs docentes que dictaron el curso de ingreso en Filosofía cobren su salario.

No podemos naturalizar esta situación y aún menos en este contexto. Se hace difícil continuar los trayectos universitarios como si la situación fuese normal. Sabemos que Muchxs se están quedando afuera de la universidad. Quienes están adentro, tanto estudiantes como docentes, no poseen todas las herramientas para que la situación se desarrolle en las mismas condiciones que de manera presencial. El rol de lxs ayudantes es estratégico. Pueden funcionar como un nexo en las materias, ayudar a comunicar y brindar contención donde se lo necesite. Mientras que lxs docentes del ingreso de Filosofía ¡ya trabajaron!

Por otra parte, no es para nada fácil afrontar esta situación sin salario, sin obra social, sin los derechos que lxs trabajadores han conquistado con la lucha para afrontar sus vidas. Por eso, solicitamos a las autoridades una rápida resolución de esta penosa situación que deja a estudiantes y docentes trabajadores en condiciones de precariedad cuando podría ser de otra forma.

A su vez, como es costumbre, la conducción del CEH – Humanidades x El Proyecto – deja en evidencia su desinterés por los reclamos que afectan transversalmente a lxs estudiantes. En este caso, incumplieron con lo decidido en la última comisión directiva. En lugar de defender este reclamo, eligieron hacer silencio ante las evasivas y las excusas de la Decana Sleimen.

👉Reiteramos de este modo el pedido de designación de los ocho cargos de las ayudantías estudiantiles de Filosofía y el pago urgente de los salarios de lxs docentes que dictaron el curso de ingreso de Filosofía. Entendemos que, como en otros casos, y dada la situación excepcional, puede realizarse mediante una resolución de decanato. Si, con un poco voluntad política lxs estudiantes y lxs docentes trabajadores podrían estar cobrando su sueldo. Pero la Decana se niega a realizarla mostrando su cara más cruel, abandonandolxs a su suerte en el contexto de la cuarentena.
👉Solicitamos el acompañamiento, a través de adhesiones, de los más amplios sectores para terminar con esta injusticia.

¡Viva la clase obrera! ¡Abajo las patronales y los funcionarios públicos que actúan como tales! 

Exigimos:
🔥¡Designación urgente de lxs ayudantes estudiantes y de lxs docentes!
🔥¡Pago inmediato los sueldos correspondientes!

Colectivo Mundo x Ganar
Confluencia Humanidades
Ya Basta!
Movimiento Universitario Evita
Agrupación Mariano Ferreyra
Asamblea de Filosofía
Hagamos lo Imposible
C.E.P.A.
Asamblea Abierta de Ciencia Política

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La gestión de Sleimen dejó a estudiantes y docentes sin cobrar

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📣📣 Es increíble que haya que explicar esto. Pero acá vamos 📣📣

😡 El salario de los trabajadores no se toca.
❎ La gestión de Humanidades no aprobó ni las ayudantías, ni la designación de docentes del curso de ingreso, quienes ya trabajaron.
😡 El salario de los trabajadores NO SE TOCA NUNCA.
SIEMPRE que se toque está mal, y en este contexto tan adverso y desesperante: es una canallada.
❎ La gestión de Sleimen dejó a estudiantes y docentes sin cobrar.

👉 Está mal siempre, no hay excusa, reglamento, ni burocracia que pueda justificarlo.
👉 Es ridículo.
Es una injusticia flagrante.

⏸ Las cosas son justas cuando las plantea su sector político, son injustas cuando no.
Esto es muy peligroso, ya sabemos a dónde llevaron esas lógicas en la historia de la humanidad.
🔵 Sería bueno que HXEP, al menos, defienda cuestiones básicas de los derechos estudiantiles…

✔️ ¡EXIGIMOS la URGENTE designación de los ayudantes estudiantes!
✔️ ¡EXIGIMOS el pago URGENTE a los docentes del Curso de Ingreso de Filosofía!

▶️ A continuación, socializamos el video completo de la sesión «informativa» del Consejo Académico de hoy. Podrán verlo ingresando al siguiente link:

TODO X 2 VOTOS

Sobre la última sesión del Consejo Académico

El cambio en la conformación del Consejo Académico de Humanidades tras los resultados de las elecciones realizadas en septiembre no pasó desapercibido. En el plenario pasado, el penúltimo del año, se votaron los proyectos de dirección de los distintos Departamentos de Humanidades. Sin embargo, también se incorporaron a la sesión las designaciones de algunos concursos muy problemáticos que fueron discutidos durante al menos el último año con la conformación anterior del CA. Un detalle no menor es que los expedientes de esos concursos aun no contaban con un dictamen de comisión (requisito necesario para ser tratado en el plenario). Pero eso no fue un problema para las autoridades de la facultad: “marche una comisión exprés” ordenó la decana y, entonces, tan solo una hora antes del plenario, se llevaron a cabo, de manera apresurada, a espaldas de la comunidad universitaria y con el aval de HxEP (actual conducción del Centro de Estudiantes).

Respecto a la dirección de los departamentos, lxs consejerxs del CA de la alianza UCR – Nuevo Encuentro, llevaron un descargo a favor de cada uno de sus amigxs, lxs flamantes directorxs. Por otra parte, lxs consejerxs, a la orden de la gestión, vociferaron todo tipo de falacias, mentiras y difamaciones contra lxs candidatxs de “los departamentos opositores”: Filosofía y Geografía. Y ahora también las acusaciones recayeron contra uno de los proyectos de dirección del departamento de Lenguas Modernas –Inglés– que tampoco se ajusta a los deseos de la alianza política UCR – Nuevo Encuentro. Su carta de acusación favorita es la violencia. Solo hace falta cumplir con un criterio: ser oposición. No importa en qué departamento de la facultad suceda. Desobedecer es violencia. Denunciar los manejes es violencia. Ser oposición es violencia contra una estructura de poder que no admite la pluralidad de voces.

Es curioso que apelen a un discurso institucionalista para justificar sus acciones cuando poco les importan las decisiones políticas o los proyectos realizados para mejorar las carreras. Les molesta mucho que exista una oposición que haya realizado proyectos coordinados entre estudiantes, graduadxs y docentes. También les molesta que lxs estudiantes participen activamente de las decisiones. Les molesta que en esos “departamentos opositorxs” se haya consolidado un único proyecto y que ese proyecto no esté alineado a su gusto. Les molesta incluso que los “departamento opositores” sean democráticos y que sus propuestas sean contempladas allí. La alianza UCR – Nuevo Encuentro no presentó proyecto alternativo ni para Filosofía ni para Geografía pero además se abstuvieron durante la votación de directorxs en el CA. Nos preguntamos: ¿la acefalía les parece algo institucional? En fin, por más trabas que nos pongan en el camino, seguiremos construyendo departamentos de forma interclaustral, democrática y participativa. Saludamos a las nuevas coordinaciones independientes de los Departamentos de Filosofía, de Geografía y al proyecto alternativo presentado en Lenguas Modernas porque necesitamos más voces discutiendo en pos de una facultad democrática y popular.

Inmediatamente después de la votación de lxs directorxs, continuó la sesión del CA. Dos expedientes figuraban de manera muy críptica en el orden del día. En efecto, se trataba de dos concursos de Ayudante Graduado para Filosofía que tras meses de ser cajoneados por la Decana –Silvia Sleimen– finalmente aparecieron. Es menester mencionar que no es casual que ahora, llegando a fin de año, sean tratados. Ahora la decana tiene la cantidad de votos necesarios (10) para designar a dos de sus amigxs: Assalone y Bedín. En la conformación anterior, la alianza UCR – Nuevo Encuentro solo contaba con 6 votos. Esto resultaba insuficiente pues el CA requiere de 8 votos para realizar designaciones docentes regulares. De esta manera, Sleimen paga su deuda beneficiando a Assalone y a Bedín con un cargo para cada uno. Estos personajes cumplen con el requisito principal: la obediencia. Actuaron de “opositores” en su momento, pero hoy son ese perro fiel que a la primera de cambio te tira un tarascón y te mueve la cola esperando el hueso.

En ambos concursos se pasó por alto la participación estudiantil. Bueno, como pasa en todas las instancias. Muchas veces a lxs estudiantes no les queda otra que estar de acuerdo. Sería interesante empezar a discutir en Humanidades cuál es el rol que tenemos como estudiantes. Hace unos años estaba claro. Pero hoy hemos retrocedido y nos dejamos pasar por arriba. Esto no sucedió en los concursos de los que hablamos, la jurada estudiante alzó la voz para denunciar las irregularidades que vio. Obviamente, su voz fue desoída y desautorizada, pues no se correspondía con la tarea que lxs juradxs docentes y graduada habían ido a cumplir. Incluso el CA participó posteriormente de esa desautorización: no le pidió a la jurada estudiante la ampliación del dictamen correspondiente en respuesta a las impugnaciones del concurso realizadas por lxs postulantes. ¿Para qué hay jurado estudiantil?

Para el concurso de Antropología Filosófica la gestión decidió no convocar como jurado al Profesor Adjunto de la materia, Diego Parente. En su lugar, lxs juradxs fueron Patricia Britos, Antonio Mana (jubilado) y Mogensen (docente del departamento de Historia). Ya que se convocó a un docente jubilado, nos preguntamos ¿por qué no se convocó a Lamarche, quien estuvo a cargo de la materia durante años? En el caso del concurso de Filosofía Moderna, lxs juradxs docentes fueron Britos (otra vez), Comesaña (el jurado jubilado y comodín que se encargó de asegurar el resultado de todos los concursos) y Guardia. Otra vez, ya que se convocó a un docente jubilado, nos preguntamos ¿por qué no se convocó a Graciela Fernández, quien estuvo a cargo de la materia durante años? Las dos materias son troncales en Filosofía y poseen contenidos específicos. Por lo tanto, no da lo mismo cualquier tipo de docente para conformar el jurado. Si queremos mejorar la carrera necesitamos docentes especializados y para eso necesitamos juradxs que sean capaces de evaluar en estas instancias. La respuesta a nuestras inquietudes no posee fundamentación académica. Estxs juradxs son lxs que garantizan los resultados necesarios para la continuidad de la gestión en el poder. Un docente regular representa un voto en las elecciones de ese cuerpo. Si el docente es amigo, el voto es favorable.

Durante el concurso de Antropología sucedieron algunas irregularidades muy fuertes. Uno de los jurados se paró y se fue en el medio del concurso. Eso no se puede hacer. El jurado debe estar durante toda la exposición de lxs postulantes pues es quien evalúa. El jurado es un equipo de evaluación donde cada unx debe aportar su perspectiva elaborada y consciente de lo que pasó. Entonces, ningún miembro del jurado puede ausentarse en ningún momento. Por otra parte, lxs miembros del jurado maltrataron a lxs postulantes durante el desarrollo del concurso. Entre otras cosas, interrumpieron las exposiciones de dos de lxs postulantes con comentarios malintencionados, le dijeron a uno de los postulantes algo así como “la próxima vez por ahí te va mejor” y “después de que te presentes quince veces capaz que ganas un concurso”, a otra le dijeron “hablas como enojada” y “te ofendes muy rápido”, entre otras cosas.

En cuanto al análisis de los antecedentes de lxs postulantes, el dictamen en disidencia de la jurada estudiantil deja en evidencia el análisis poco riguroso en el dictamen que da como ganadora a Bedín. Básicamente, no se analizaron los currículums vitae de manera detallada y se eligió ignorar antecedentes fundamentales del resto de lxs postulantes.

El concurso de Filosofía Moderna directamente nos traslada a un escenario escandaloso en el cuál el postulante Assalone admite en el plan de clase que el tema preparado para su coloquio se encuentra por fuera de los contenidos mínimos de la materia pero que su incorporación fue acordada con lxs juradxs. Cabe aclarar que cuando la jurada estudiantil alerta sobre esta situación, el jurado docente Manuel Comesaña la interrumpe y la desacredita para dar lugar a la farsa. Assalone intenta justificar su accionar reduciendo la discusión a una expresión lingüística y lxs consejerxs de la alianza UCR – Nuevo Encuentro hacen propia la argumentación. Sin embargo, la OCS 690 y la OCA 1313 son muy claras. Los temas sorteados para la realización del coloquio en los concursos deben ser parte de los contenidos mínimos de la materia. Y, por otra parte, no puede haber comunicación ni ningún tipo de acuerdo entre lxs postulantes y lxs juradxs. Este accionar reviste una falta gravísima a esa pretendida institucionalidad que dicen defender. Agrava la situación que el tema expuesto no sólo no se encuentra en los contenidos mínimos de la asignatura sino que es el tema de investigación del ganador. Casi como si la comisión asesora dijera: ¡quedate tranquilo, te ponemos jurados amigxs y vos hablás de lo que querés, total ya lo tenés ganado!

Las argumentaciones en el CA durante la sesión dejaron al descubierto la matriz del poder. El vicedecano Valcarce, quien presidió la sesión por la ausencia de Sleimen, intentó reducir las discusiones políticas a cuestiones semánticas. A su vez, cuando se criticaron las actitudes de lxs juradxs, sostuvo que nadie presentó una recusación previa (cuando sabe muy bien que jamás aprueban las recusaciones por más causales objetivas que existan: ver acá). El gremio docente ADUM que obviamente cuenta con su representante en el CA, la consejera Lombardi, quien debería abogar por que lxs concursos se den en circunstancias democráticas y abiertas, eligió callarse cuando el consejero graduado de su bancada – momentos después que el vicedecano hubiera dicho que nadie había presentado recusaciones– puso en tela de juicio la validez de las impugnaciones de los concursos y la recusación de los juradxs. Dichas instancias son  derechos adquiridos de los trabajadores docentes y de todxs lxs postulantes, más aun si en los concursos atentan contra la transparencia, contra la posibilidad de acceder a un cargo y encima sufren maltratos y son desmoralizados por parte del jurado. A su vez, cuando hubo notas con argumentos muy débiles contra los registros de antecedentes, fueron tomadas en cuenta como verdad absoluta, ahora que hay lluvia de impugnaciones con testigos de hechos bochornosos sólo se trata de “evaluaciones de concursos” y se las desecha sin siquiera responder las situaciones expuestas. Por su parte, HxEP, continúa con su práctica de tomar decisiones a espaldas de lxs estudiantes y de obedecer todos los mandatos docentes encomendados desde decanato.

La institucionalidad de la que hablan está hecha a su imagen y semejanza. Una institucionalidad tan profunda y compleja como la acción de levantar 10 manos para votar, como la acción de armar una comisión en 10 minutos. ¿Cómo llegaron a tener los 10 votos? Llamaron concursos donde pusieron juradxs para garantizar el ingreso de lxs amigxs, luego eligieron sustanciar primero los concursos donde se presentarían sus amigxs: un docente regular es un voto. Así ganaron la elección docente. Prometieron cargos (como siempre). Ganaron la elección de graduadxs. Abrieron dos carreras nuevas donde metieron a sus docentes: Ciencia Política y Cs. de la Educación. En ambas carreras le hicieron campaña a su brazo estudiantil. Ganaron la elección de estudiantes.

Esta institucionalidad de la que se jactan es la que les permite el lawfare que tanto le critican al macrismo. Las mismas herramientas institucionales les permiten camuflar la persecución política como cuestiones administrativas, formales o burocráticas, despersonalizadas, como si nadie se encargara de construir un entramado discriminatorio y bien planificado. Así, construyen causas contra trabajadorxs y estudiantes, intervienen espacios que se erigen opositores de manera democrática, avasallan carreras completas junto a sus comunidades y se escudan en reglamentos o figuras pomposas como memorandum. ¡Pero qué cultos, si hasta hablan en latín!

Ante estas arbitrariedades seguiremos peleando por el acceso democrático a la docencia. Seguiremos peleando para que de una vez por toda cese la violencia en los concursos y sean tomados en cuenta los derechos de lxs graduadxs y de toda la comunidad de Humanidades.

CONCURSOS PARA ESTUDIANTES

CONSEGUIMOS LAS AYUDANTÍAS ESTUDIANTILES

Luego de un año entero sin ayudantes estudiantes en las materias. Luego de un año sin que ningún compañerx estudiante pueda cobrar su sueldo. Salió el llamado a concurso de las ayudantías estudiantiles para Filosofía. Y no fue magia, fue resultado de infinitos reclamos y presentaciones durante todo un año.

Abajo te contamos la historia de lo sucedido y socializamos algunas herramientas e información útil para que puedas presentarte a concursar.

¿Qué pasó con las ayudantías estudiantiles de Filosofía?

Las ayudantías estudiantiles son cargos públicos a los que podemos acceder lxs estudiantes. Son muy importantes dado que permiten comenzar a formarte en el área que desees de la/s carrera/s, tener tus primeras experiencias en docencia o investigación, y es un cargo remunerado (pobremente, pero remunerado al fin). El ingreso a las mismas es mediante concurso, con llamado público y juradx evaluador al igual que un concurso docente. Cada carrera tiene sus ayudantías y es el Consejo Departamental de cada una el que decide cuántas pedir y a qué materias destinarlas. Como todas las decisiones de los CAD, luego de tratado ingresa a un circuito burocrático, que incluye su aprobación en el Consejo Académico de la Facultad, hasta que, finalmente, se realiza el llamado y posteriormente, la sustanciación del concurso.

En Filosofía ha sido un trabajo arduo y cargado de lucha por parte del movimiento estudiantil el que ha conseguido, en primera instancia, tener ayudantías (fue recién en 2003 –recuerden que la carrera se reabrió en 1994– que gracias a un sinnúmero de presentaciones de la Asamblea de Filosofía se logró conquistar las primeras), y progresivamente aumentar su número. Actualmente Filosofía dispone de 8 (ocho) ayudantías estudiantiles, las cuales el año pasado ingresaron en tiempo y forma, al igual que las del resto de las carreras, en el circuito burocrático. Lo paradójico fue que, a diferencia del resto de las carreras, las de Filosofía fueron elevadas por el departamento y quedaron congeladas en Secretaría Académica.

¿Cómo puede ser? ¿Qué sucedió en el medio? Pasó un año… ¿qué hicieron con las ayudantías? ¿Qué hicieron con el dinero destinado a dichos sueldos?

Tras un año de que el Departamento de Filosofía haya elevado la propuesta de ayudantías estudiantiles, la gestión de la Decana radical Sleimen y HxEP (conducción actual del CEH), después de muchísima insistencia (nuestra), sacó la convocatoria para sus respectivos concursos.

Como venimos anunciando: la intervención por parte de la gestión de Humanidades en las decisiones que toma el Departamento de Filosofía es un hecho y no tiene ningún prurito en demorar concursos (a esta altura, ya no sólo los docentes sino también estudiantiles) o imponer juradxs fieles a su gestión, o enemistadxs con postulantes a lxs que consideran “peligrosxs”, a sabiendas que ese juradx nunca sería imparcial (El caso de Comesaña de jurado en los concursos de Gnoseología es un claro ejemplo de esto).

Durante todo un año nos dieron miles de excusas por las cuales las ayudantías de la carrera no tenían su llamado a concurso (para más información acá).  Ciertamente, la verdad caprichosa que se oculta detrás de toda esta situación es que la gestión no tiene pensado aprobar nada que provenga de la nueva conformación del Consejo Departamental de Filosofía, pasando por encima de decisiones tomadas democráticamente. De esta manera, actúan en detrimento de lxs estudiantes que vienen formándose durante años para poder acceder a una Ayudantía Estudiantil.

Ustedes, como nosotrxs, se preguntarán por qué la representación estudiantil de HxEP avaló esta situación durante tanto tiempo (Los últimos dos años tuvieron 3 de 4 representantes estudiantiles, a partir de Noviembre tendrán lxs 4 consejerxs en el Consejo Académico). ¿Acaso se olvidaron que deben defender a lxs estudiantes? o ¿Es que vale más su pacto con lxs docentes? La respuesta no nos sorprenderá, ellxs tienen una alianza con la Decana de la Franja Morada – UCR Silvia Sleimen, lo cual les permite obtener algunos recursos (como designar a dedo a sus compañerxs graduadxs en las distintas carreras) y perpetuarse en el poder, dejando de lado así la conveniencia para la mayoría de lxs estudiantes.

Finalmente, les dejamos el llamado a concurso de las ayudantías y el reglamento del mismo. No duden en escribirnos si necesitan una ayuda con alguno de los trámites que pide el reglamento.

Desde la resistencia es que les hablamos, compañerxs. Sigamos luchando y socializando la información, aunque cada día la escondan más, porque saben bien que la información es poder, y ellxs quieren perpetuarse a costa del detrimento de las carreras que se les oponen. Las ayudantías hoy son un hecho porque hubo estudiantes comprometidxs para que así fuera, ¡súmate a la resistencia!