COLECTIVO
MUNDO x GANAR
.
La realidad de lo cotidiano nos ha planteado múltiples desafíos a lo largo de tantos años de activismo. A su vez, nos posibilitó un desarrollo político impensado para lo que comenzó siendo una asamblea de la carrera de Filosofía. En este camino, nos hemos solidarizado con las problemáticas de los estudiantes de otras carreras y así pudimos darnos cuenta que las luchas cotidianas nos obligaban a trascender los muros de Filosofía. Esto nos llevó a disputar y conducir el gremio estudiantil de Humanidades formando parte del Frente 20 de Diciembre, el cual logró expulsar a la Franja Morada —en su formato estudiantil— de la facultad. También comenzamos a desplazar los límites claustrales que nos impone la academia, discutiendo horizontalmente entre estudiantes, graduados y docentes, quienes creíamos posible la construcción de una universidad diferente. Ensayo y error. Tras diferentes experiencias, decidimos llamarnos Colectivo de Filosofía, aun sabiendo que nuestra política excedía los muros de la carrera, pues ya no sólo discutíamos Filosofía, sino que incluso compañeros de otras carreras se acercaban. Luego, desde hace tres años, fundamos, junto con compañeros de otras organizaciones, La Izquierda al Frente con el objetivo de que se transformara en un frente político de unidad de la izquierda, que defendiera la educación pública y enfrentara a las camarillas de la universidad. A lo largo de este camino, no hemos sido ajenos a las distintas problemáticas sociales, sino que desde nuestro lugar acompañamos los diferentes reclamos populares y aportamos nuestro grano de arena en la visibilización de las dificultades emergentes que conforman un entramado complejo y omnipresente, el cual nos oprime en conjunto como parte de la clase trabajadora. Utilizando nuestras herramientas, hemos problematizado la producción de conocimiento y sus lugares de enunciación; pues, entendemos, que hay que romper el cerco académico que se nos impone, cambiando el como y el lugar desde donde se establece el conocimiento. Por eso, también comprendemos que organizándonos en conjunto, resistiendo codo a codo, podemos hacerle frente a este injusto y violento sistema que nos golpea perversamente día a día, generación tras generación.
.
.
De esta manera, pretendiendo ser consecuentes con nuestras palabras y nuestras convicciones, comenzamos, hace ya dos años, con los talleres de Filosofía en Libertad en el seno de ASAAR (centro de contención de personas en situación de calle y con problemas de adicciones). En un nuevo intento por quebrar con las barreras determinadas por la academia, sembramos la concepción de que la transmisión del conocimiento es colectiva y se da entre quienes participan de su construcción. Bajo estas premisas se ha logrado configurar un espacio de reflexión y crecimiento, tanto por parte de los compañeros y las compañeras encargadas de llevar a cabo los talleres como por parte de aquellas personas en situación de calle, quienes encuentran en ASAAR la posibilidad de revalorizarse como seres humanos que forman parte de una comunidad.
A través de estos 15 años hemos mantenido nuestra coherencia. Por eso seguimos luchando como el primer día, por las mismas reivindicaciones y por las nuevas que hemos ido desarrollando durante el complejo aprendizaje de descifrar la actualización de los entramados del poder. Los procesos de lucha se han ido modificando y junto con nosotros se han transformado, así como también ha sucedido con los lugares de disputa política. Hace tiempo comprendimos que no es la carrera de Filosofía nuestra única preocupación, que no se trata solamente de la camarilla de la gestión de nuestro Departamento y de cómo se manejan los recursos. Las distintas problemáticas superan y condicionan los límites de Filosofía, y esto nos lleva a observar, en las otras carreras, espejos de la desidia que venimos sufriendo. Del mismo modo, nos resulta imposible pensar en las problemáticas de Humanidades o de la Universidad sin pensar en un panorama global, en las políticas nacionales que repercuten en la educación secundaria y superior, en los estudiantes, en los graduados y en los docentes. No hay posibilidad de discernir el problema si no identificamos la red que sostiene a los sectores de poder en su lugar. En otras palabras: no podemos pensar en la carrera de Filosofía sin pensar en las condiciones bajo las cuales se produce, no puede pensarse recortada del resto de la academia y del mundo exterior.
Por todo esto, fruto de la construcción de los años, de los lazos, de las políticas que ejecutamos, de la formación que adquirimos, de la autogestión, del no caer ante las injusticias y las piedras que aún hoy continúan poniendo en nuestro camino, pretendemos asumir lo que ya está dado, lo que de hecho ya somos. No se trata de algo nuevo, no estamos caminando sobre la nada y tampoco estamos dejando la Filosofía de lado. Por el contrario, este es el cimiento material sobre el cual inevitablemente construimos y continuaremos construyendo. Hoy sólo reafirmamos lo que ya somos: un entramado de relaciones solidarias en el activismo que ha trascendido los márgenes de la carrera desde hace años, y por eso nos asumimos como tal, como una organización política.
De ahora en más, nos llamaremos Colectivo Mundo por Ganar, y que los nominalistas se aflijan nuevamente. Continuaremos la disputa por la Universidad en su conjunto, entendiendo los órganos de co-gobierno como herramientas fundamentales, socializando la información académica con una lectura política de clase y hacia un horizonte de democratización. Necesitamos enfrentar al capital en la Universidad actual, problematizar la forma de producción del conocimiento, problematizar los contenidos de las carreras, proponer desde lo académico la formación del pensamiento crítico, oponernos a los acuerdos con las multinacionales que no permiten la formación de profesionales al servicio de la clase trabajadora, problematizar las relaciones de poder al interior de la universidad —en las aulas, en el gremio, en las asambleas y en los órganos de co-gobierno—, enfrentando a las gestiones reaccionarias, es decir: necesitamos construir la Universidad que queremos.
Desde una vida rebelde -en este orden social que utiliza la división entre trabajo intelectual y manual como uno de sus soportes para la dominación- resulta imposible habitar la universidad sin cuestionar su estructura. La crítica de los modos de producción de conocimiento y su función social resulta ineludible, como momento del amplio abanico de tareas en la construcción de una alternativa a la realidad vigente.
Desde este nuevo lugar seguiremos construyendo en la senda de los que luchan por una sociedad sin explotación ni patriarcado, por abajo y de manera antiburocrática, a través de la lucha en las aulas y en las calles, decidiendo asambleariamente y en pie de igualdad. Apostamos a la organización unitaria, en la senda del clasismo, de los trabajadores junto al resto de los sectores oprimidos.
Recuperemos nuestro pasado de manos de quienes lo mancillan y critiquemos lo que han hecho con nuestro presente, todavía tenemos un mundo por ganar.
.
**** Agosto de 2016 ****
******
Somos los participantes del Colectivo de Filosofía. Este blog es uno de los espacios de difusión e información de la carrera de Filosofía de Mar del Plata.
.
La asamblea, una organización colectiva
.
A partir del 2003, luego de la crisis y rebelión del 2001, en Argentina hubo una recomposición del dominio político de las clases dominantes y una relegitimación de las instituciones comandadas por el gobierno de los Kirchner y sustentada en una expansión de la economía (fruto del cambio en el modelo de acumulación). Lo construido en la postrimería de aquellos años se fue desarticulando a partir de los límites propios de esas experiencias, pero sobre todo mediante la intervención activa del Estado. El gobierno de los Kirchner por las vías de la cooptación y la persecución logró establecer una dinámica política con características distintas al de las décadas pasadas que planteó una situación con complejidades nuevas para las organizaciones populares. La etapa actual, si bien se caracteriza, entre otras cosas, por el éxito de la fuerza gobernante en la neutralización del desarrollo de algunos de los frentes de lucha planteados durante la etapa anterior al 2003, está plagada de contradicciones. Actualmente vivimos una recuperación y desarrollo del frente sindical con un progresivo crecimiento y fortalecimiento de las experiencias anti burocráticas de izquierda. Además el agotamiento de ciertas experiencias de lucha fue acompañado con un aprendizaje organizativo de muchos espacios del campo popular. Nuestro espacio obviamente no se encuentra por fuera de esta realidad.
La Asamblea de Filosofía (AF) nació al calor del ciclo de luchas iniciado en diciembre de 2001. Al igual que muchos de los espacios que surgieron en aquella etapa, la AF siempre impulsó una lógica de organización horizontal, asamblearia y de base. A lo largo de estos años este espacio siempre ha estado presente en la cotidianidad de nuestra carrera pero no se ha limitado sólo a dicho aspecto. La AF fue partícipe y protagonista de las distintas luchas que se llevaron adelante en la universidad y en las calles. Fuimos conducción del Centro de Estudiantes de Humanidades como parte del Frente 20 de diciembre expulsando a la Franja Morada y desde el 2001 hemos tenido presencia en los consejos departamental, académico y superior. Con el correr del tiempo nuestra organización y sus participantes fuimos madurando y hemos logrado desarrollar una política interclaustral con estudiantes, graduados y docentes. Pero nuestra participación también excede la vida universitaria. En la senda del trabajo de difusión y socialización de la información que veníamos llevando adelante desde la asamblea hemos empezado un trabajo de prensa en el ámbito de la ciudad. Actualmente participamos en COMUNA (Colectivo de Comunicación Autogestionado) como miembros de la RNMA (Red Nacional de Medios Alternativos) en pos de construir una comunicación comunitaria, alternativa y popular.
La asamblea, por su propio carácter, ha sido un espacio en constante renovación y gracias a ello ha podido mantenerse activa en la vida política universitaria y extra universitaria, siempre guiados por la consecuencia en los principios políticos asamblearios y del lado de aquellos que padecen las injusticias de esta sociedad y eligen organizarse. Es por prepotencia de trabajo que hemos logrado resistir los embates de las distintas gestiones y sus camarillas adictas. Hoy -en un contexto donde prodigan quienes se proclaman hijos del 20 de diciembre pero reniegan de su herencia política-nosotros seguimos insistiendo en la metodología asamblearia como clave de politización para los espacios de base. Tras más de 11 años de construcción los actuales integrantes de la Asamblea de Filosofía hemos alcanzado niveles de acuerdo y organicidad que nos permiten y nos plantean la necesidad de refundar nuestra práctica política. Es por esto que decidimos constituirnos como Colectivo de Filosofía. Entendemos que de esta manera preservamos nuestro desarrollo e historia a la vez que continuamos en el camino de la apertura hacia el desarrollo asambleario.
Desde una vida rebelde -en este orden social que utiliza la división entre trabajo intelectual y manual como uno de sus soportes para la dominación- resulta imposible habitar la universidad sin cuestionar su estructura. La crítica de los modos de producción de conocimiento y su función social resulta ineludible, como momento del amplio abanico de tareas en la construcción de una alternativa a la realidad vigente. La filosofía será crítica o no será: ¡recuperemos nuestro pasado de manos de quienes lo mancillan, critiquemos lo que han hecho con nuestro presente y expropiemos el futuro porque no hay nada para nosotros en el que nos ofrecen!
Desde este nuevo lugar seguiremos construyendo en la senda de los que luchan por una sociedad sin explotación ni patriarcado, por abajo y de manera antiburocrática, a través de la lucha en las aulas y en las calles, decidiendo asambleariamente y en pie de igualdad. Apostamos a la organización unitaria, en la senda del clasismo, de los trabajadores junto al resto de los sectores oprimidos, tomando en nuestras manos la construcción de una nueva sociedad y el entierro definitivo de la miseria de lo existente.
Nos denominaremos Colectivo de Filosofía y aún así seguiremos llamando a asambleas, aunque los nominalistas se aflijan. Y basta. Ya no escucharemos los rumores tibios de los mandarines ni los siseos pulcros de los obsecuentes. Pues ya no queda lugar para discutir las denominaciones propias o ajenas, solo queda lugar para cuestionar la dominación o defenderla.
“Han pasado esos tiempos. El futuro es nuestro, por prepotencia de trabajo. Crearemos nuestra filosofía, no conversando continuamente de filosofía, sino en orgullosa compañía de los de abajo, escribiendo las páginas de la nueva historia que encerrarán la violencia de un cross a la mandíbula. Sí, un libro tras otro, una lucha tras otra y que los eunucos bufen. El porvenir es triunfalmente nuestro. Y que el futuro diga.” R. A. Las lechuzas que lanzan llamas.
.