Juan Horacio Lamarche fue profesor en las carreras de Filosofía y Psicología. Dictó las asignaturas Antropología Filosófica y Filosofía del Hombre durante muchos años y fuimos muchos quienes tuvimos nuestros primeros acercamientos a los planteos filosóficos en sus clases. Allí leíamos a Descartes, Foucault, Badiou, Nietzsche y Heidegger entre otros. También supo tener programas de radio, columnas en diferentes medios y mucha participación en la vida cultural de nuestra ciudad. Siempre lo encontrábamos en algún evento o también en diferentes manifestaciones callejeras, exigiendo alguna reivindicación.

Asimismo, era un apasionado por la literatura y no dudaba en compartir sus recomendaciones y prestarnos los libros de su propia biblioteca, la cual tomaba casi la totalidad -junto con sus discos- del espacio en su casa de la calle Funes.
Con Juan podíamos encontrar la chispa de la filosofía como con unos pocos docentes. Se notaba que rumiaba las ideas, tomaba su tiempo, le daba vuelta a las cosas y dejaba cuestionamientos dando vueltas. Salíamos de sus clases haciéndonos preguntas filosóficas. Eso significaba muchísimo para quienes compartimos los pasillos de la facultad.
Además de todo, Juan nunca dudó en salir a defendernos cuando en 2007 el entonces director de la carrera confeccionó una lista negra con nombres de estudiantes y graduados, exigiendo sanciones por nuestra participación en el co-gobierno de Filosofía. Fue una de las pocas voces docentes que se alzó para señalar el atropello a la participación democrática en la institución pública. Nunca olvidaremos ese gesto, esa actitud socrática frente a las autoridades.
Cuando pasemos por la parada del colectivo ya no lo encontraremos allí, esperando como aquel flâneur colgado de las nubes. Pero su calidez, su humanismo y su amor por el arte, la filosofía y las causas justas quedará con nosotros.
¡Hasta siempre, Juan!