Cuando la gente piensa en la Universidad, lo primero que viene a la mente es el prestigio de esta institución, la asociación directa con el conocimiento, con el desarrollo de ideas, con el esfuerzo mancomunado para alcanzar objetivos que mejoren a nuestra sociedad. Cuando, además, se piensa en la Facultad de Humanidades, las expectativas son quizás mayores y se cree que quienes allí enseñan y gobiernan, se dedican a sembrar ideas y prácticas democráticas, que tienen la capacidad de la reflexión, que la razón ocupa un lugar preponderante a la hora de tomar decisiones y más aún las expectativas por un mundo más justo. Porque ¿dónde más que en Humanidades? Un pueblito idílico…
Sin embargo, la cara de lo que se quiere mostrar oculta un trasfondo oscuro. En la medida en que uno transita los pasillos y las aulas de la facultad van apareciendo indicios de que hay cosas que suceden y contrastan con aquella idea. De pronto, las condiciones en las que hay que cursar son muy negativas: aulas que explotan de gente, faltantes de bancos, baños clausurados hace años, docentes que maltratan, que acosan, que abusan de su rol de autoridad. Desorganización en la formación, fachadas educativas que tienen “objetivos públicos” y verdaderos objetivos, privados. En la Facultad de Humanidades se disputan recursos y poder, y nuestra formación depende de esas tensiones que no se presentan abiertamente. El lugar donde emerge esa otra cara es en el Consejo Académico. Allí se encuentra la grieta por donde podemos espiar y escabullirnos en el upside down. Sabemos que lo que encontraremos allí no nos recibirá con alegría…
¿QUÉ ES EL CONSEJO ACADÉMICO?
El Consejo Académico (CA) es, técnicamente, el lugar donde se definen desde la fecha de inicio de clases, pasando por las fechas de las mesas de finales y hasta los asuetos académicos. Qué docentes ingresan a nuestras carreras y cuáles no. Hasta cuándo nos recibimos se desprende de la combinación de elementos que allí se deciden. Habitualmente, el CA sesiona una vez por semana alternándose entre plenarios y comisiones. En las comisiones, varios grupos conformados por consejerxs de todos los cuerpos (estudiantes, graduadxs, docentes y no docentes), se organizan por temática para escribir dictámenes acerca de lo evaluado. A la semana siguiente se tratan en el plenario para su aprobación o rechazo.
Lo que oculta la descripción anterior es que el CA es un terreno de disputa política. Lo que condiciona todo es el modo en que se administra el presupuesto, el cual es utilizado casi en su totalidad para cubrir la planta docente. Y esto es el huevo de Demogorgon: los cargos docentes indican quienes pueden formar parte del co-gobierno, quienes pueden acceder a los cargos de poder y, casi como una consecuencia indirecta, quienes dan clase. La actual gestión conformada por la decana Sleimen, sus docentes y graduados, y los estudiantes de HxEP, tienen mayoría automática para aprobar todo a su antojo. Dicha coalición no atiende razonamientos, en el upside down reina la fuerza.
¿QUIENES LO COMPONEN?
El Consejo Académico cuenta con seis representantes docentes, cuatro por la mayoría (Docentes por Humanidades) y dos por la minoría (Pluriversidad), cuatro estudiantes, tres por la mayoría (HxEP) y uno por la minoría (Colectivo Mundo x Ganar), dos graduadxs (Alianza Docentes por Humanidades y Pluriversidad) y unx trabajadorx universitarix (sin voto). A su vez, participa la decana Sleimen (con voto en caso de empate) y el secretario, Takla (quien se encarga de las actas). Son 12 votos, 6 de los cuales conforman un bloque inquebrantable, sumado al eventual voto desempate. De esta manera, la gestión de la decana Sleimen, representa tanto a la histórica Franja Morada (UCR-Pro) de Rodolfo Rodríguez y Porta, como al sector de Romanin y Humanidades x el Proyecto (Nuevo Encuentro y La Cámpora).
La participación no es tan democrática como se muestra a primera vista. Por empezar, sólo los docentes regulares pueden participar de las elecciones, tanto para votar como para ser candidatxs. Los docentes regulares son aquellos que accedieron a su cargo a través de un concurso, es decir, no son ni interinos ni designados a término. He aquí, una vez más, el huevo de Demogorgon: este requisito es el que condiciona políticamente la publicación de concursos: docente concursado = un voto más. Por lo tanto, la gestión sólo realiza aquellos concursos que garanticen votos favorables para su continuidad. En el mismo movimiento en que definen qué concurso sale, se determinan los que se cajonean por tiempo indefinido cuando no hay manera de manipular los jurados y existen posibilidades de que gane algunx opositorx políticx. El aire que se respira en el upside down envenena durante la eterna espera.
Por otra parte, lxs graduadxs que responden al Devorador de Mentes —los grupos de poder— son utilizados como peones de su política a cambio de cargos interinos (designaciones a dedo, nunca registros de antecedentes) o de su mera promesa, es decir, clientelismo. Asimismo, las estructuras que manejan exceden a la Facultad y llegan hasta las escuelas y las conducciones de los gremios de ADUM y SUTEBA, con lo cual siempre hay alguna promesa para realizar. Como contrapartida, desde el Colectivo Mundo x Ganar, impulsamos desde hace más de 10 años la construcción del Frente 20 de Diciembre, junto a otrxs compañerxs graduadxs, para combatir esta lógica acompañando la conformación de espacios asamblearios de discusión en cada carrera y fomentando la construcción de conocimiento crítico.
Finalmente, lxs estudiantes, el cuerpo más numeroso de la Universidad, cuentan con una representación de consejerxs no proporcional a esa mayoría. Los grupos de poder docente suelen comenzar a moldear la lógica clientelar a través de las promesas de ayudantías, becas y grupos de investigación. Por parte del Colectivo Mundo x Ganar, reivindicamos la democracia directa y participativa. Intentamos resignificar la tarea del consejerx académicx para democratizar el cogobierno de la Universidad prefigurando una nueva práctica política. Nuestra consejera toma las decisiones en función de las posiciones discutidas en las bases, en espacios democráticos como las asambleas o los Departamentos que no están bajo el control de la gestión.
¿CONSEJO TRANSPARENTE?
Hace algunas semanas, HxEP, inició una campaña con este nombre pero en realidad sólo disfraza una estructura liberal de entender la democracia. Lo único transparente sobre su actividad en el Consejo es que, por más reuniones con estudiantes que realicen, las decisiones las toman en la oficina de decanato y a puertas cerradas, pues estamos frente a los Demodogs. HxEP jamás cumplió el mandato de una asamblea, ni de Humanidades, ni de ninguna carrera. Más bien, han votado en contra de cualquier tipo de iniciativa asamblearia, siempre fieles a la decana. A la lógica representativa liberal y de fortalecimiento de las camarillas que impulsa HxEP, le contraponemos la socialización de la información, la organización desde abajo y la toma de decisiones en las bases.
SOCIALIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN COMO VICTORIA DE LXS ESTUDIANTXS
Desde que contamos con representación en estos espacios, evidenciamos el cercenamiento de la información. Eso que se cocina del otro lado siempre ha permanecido en la oscuridad. Por eso, la socialización de los acontecimientos políticos y académicos es uno de nuestros principios fundamentales para avanzar en el combate.
El Consejo Académico es el lugar donde podemos construir nuestros proyectos para transformar la facultad. Hemos impulsado la discusión por concursos transparentes, el reclamo de implementación de la doble banda horaria y el aumento de las ayudantías estudiantiles, además de haber acompañado las propuestas de cada una de las asambleas por carrera y las resoluciones de las asambleas de Humanidades. Sin embargo, parafraseando a Kant: representación sin participación es vacía, participación sin representación es ciega. En este sentido, no hemos dejado de impulsar la participación activa de lxs estudiantes en el Consejo Académico a través de convocatorias públicas durante todas las semanas. Estas convocatorias también son parte de la socialización y visibilización del co-gobierno. Sin dudas, la única forma de conquistar nuestras demandas y de transformar la universidad es a partir de la lucha y la organización.
Finalmente, participar del Consejo Académico significa acceder a información, disputar la toma de decisiones, definir el modo en que se gobierna una institución pública y el rol de nuestras carreras en la sociedad. Por eso, podemos celebrar que desde que asumimos, por primera vez en la historia, lxs estudiantes de Humanidades pueden acceder a la información de lo discutido en cada Consejo Académico. Cada semana, subimos a nuestra página el orden del día y una memoria de la sesión para que todxs puedan estar al tanto de lo que pudimos pelear o de los detalles del autoritarismo reinante. Entendemos que cuantos más estudiantes, graduadxs, docentes, trabajadores universitarixs e investigadorxs estemos presentes y participemos activamente de las decisiones, venceremos los oscuros tentáculos del poder y la democratización será un hecho.
ACADEMIC THINGS – Boletín Junio de 2019