Desde fines del cuatrimestre pasado, todes les integrantes de la comunidad universitaria sabíamos que el comienzo del segundo cuatrimestre de 2018 no estaba asegurado. Tras una primera mitad de año que fue testigo de varios paros docentes y no docentes -medidas válidas que apoyamos desde nuestro sector- llegamos a la segunda mitad con el anuncio de una oferta paritaria miserable para les docentes y un recorte en el presupuesto de las Universidades Públicas. Todas estas medidas fueron precedidas por la instalación de un abierto ataque a la educación pública en todos los niveles: “caer en la educación pública” fue presentado como una maldición del destino, dejaron libradas a la suerte todas las escuelas de la Provincia de Buenos Aires bajo condiciones edilicias indescriptibles y el retiro de alimentos, introdujeron el lema “los pobres no llegan a la universidad” y profundizaron un ataque al sector de ciencia y técnica -ligado de manera directa al territorio educativo- que se extiende desde el inicio de la gestión de Macri. Tras el anuncio de acuerdo con el FMI, todo esto empeoró aún más.
Las medidas de fuerza que el sector docente de la universidad decidió tomar no fueron puestas en discusión con les estudiantes. Así, distintas mesas de finales fueron canceladas, hubo más de un mes sin clases, no hubo gran discusión con la comunidad universitaria y el clima de desinformación respecto a la medida fue generalizado. No obstante, muches de nosotres aportamos a la contención de les estudiantes, explicando la situación y extendiendo lazos de solidaridad que abrazaron las decisiones políticas del sector docente, porque entendemos que la lucha por la educación pública incluye a todes les actores: estudiantes, graduades y trabajadores.
Cuando parecía que el gobierno no iba a ofrecer una paritaria que superara el 18%, porcentaje que no alcanzaba el 30% de inflación que había sólo hasta ese momento del año, llegaron las tomas de facultades a lo largo del país para darle un impulso inusitado a la lucha docente. En ese marco, las tomas de Mar del Plata fueron punta de lanza del movimiento junto a tomas como las de Córdoba o Rosario, con la particularidad que en nuestra ciudad se dio la coordinación con los movimientos secundarios que tomaron el Consejo Escolar y con los Institutos Terciarios dependientes también del Gobierno de la Provincia. A partir de ese momento, comenzaron a verse ciertos gestos negativos por parte de los sectores docentes que conducen algunas de las facultades o el propio gremio (ADUM).
En este sentido, cabe remarcar que el día que nos encontramos les estudiantes discutiendo como defender la educación pública, cuando aún no se había decidido la toma de Humanidades, la decana, Silvia Sleimen, decidió unilateralmente cerrar con llave los pasillos donde se realizan las tareas administrativas: tanto las oficinas de División Docencia y Alumnos, Decanato, Bedelía y los Departamentos. Les estudiantes no la denunciamos por esto. Sin embargo, cuando llegó el arreglo de CONADU (uno de los gremios de docentes universitarios, en el que se nuclea ADUM), la denuncia por parte de estos sectores docentes, que sin la movilización estudiantil nunca hubieran conseguido un aumento de casi 10 puntos en la paritaria, se enfocó en el movimiento organizado.
En la asamblea del viernes pasado se votó continuar con la medida de fuerza ya que durante esta semana se realizará otro paro docente y no docente, además el viernes se presentará una propuesta de presupuesto nacional para el 2019 en la cual, con el precedente de la eliminación de ministerios y una devaluación monstruosa, se avisora un recorte más profundo en educación. Entendiendo que la lucha va más allá de los sueldos docentes, el movimiento de Humanidades decidió democráticamente, en una asamblea de más de 300 estudiantes, mantener la medida, al menos durante los próximos días. En esta misma asamblea se decidió proponer a la gestión que se retomen las tareas administrativas para poder avanzar en todo lo que atañe al comienzo del cuatrimestre y el funcionamiento de los tramites de docentes, estudiantes y de los Departamentos. Asimismo, en consonancia con lo decidido por les docentes en la asamblea de ADUM -a pesar de que votaron en contra de cederle la palabra a estudiantes que buscaban acercar un posicionamiento para que lo tomen en cuenta-, se definió que les consejeres departamentales estudiantiles se comuniquen con les profesores de cada carrera y les inviten a realizar sus clases públicas. El objetivo era continuar visibilizando la problemática. La respuesta de la gestión Sleimen – Valcarce y del gremio ADUM no se hizo esperar y llegó con contundencia: criminalización de la protesta y extorsión.
Los dos comunicados del día domingo por parte de la gestión tuvieron una actitud terrorista ante la organización estudiantil y de sectores no alineados. En el de carácter más extorsivo realizaron una maliciosa enumeración y un detalle de las tareas que no llevarían adelante a causa de la medida. Todas estas actividades son las que se solicitó desde la asamblea que pudieran realizarse. En el de carácter más criminalizante, desconocen el amplio proceso democrático y participativo desarrollado no sólo en Humanidades sino en el resto de las facultades e instituciones, se arrogan la potestad de definir como innecesarias las mismas medidas que les permitieron alcanzar una mejor oferta paritaria, acusan a les consejeres estudiantiles por intentar coordinar las clases públicas con les docentes y se autodefinen como los únicos que decidirán sobre la lucha educativa en una nefasta frase que desnuda su autoritarismo aristocrático: “[los tomadores] ambicionan orientar el proceso educativo en nuestra Facultad, usurpando prerrogativas que corresponden a las autoridades y órganos de cogobierno, y pretenden decirles a los docentes (y también, por lo demás, a los trabajadores universitarios) lo que deberían hacer.” Con este siniestro movimiento, que desnuda una vez más la presencia de intereses inconfesables disfrazados de lucha por la educación pública, buscan enfrentar a estudiantes con estudiantes, con docentes y con trabajadores no docentes.
Queda clarísimo que la movilización creciente, expresada especialmente en las dos multitudinarias movilizaciones de los pasados jueves, y tomando en cuenta que en la última no hubo participación ni como autoridades ni como conducciones gremiales docentes y no docentes, incomodaron. Ahora, pretenden aleccionar a las bases. Cabe aclarar que la conducción del CEH, HxEP, permite que sus aliados docentes en la gestión bastardeen el proceso del Centro de Estudiantes. Es lastimoso el papel que cumplen, haciendo silencio frente a los ataques del sector docente Pluriversidad (UCR Cambiemos + Nuevo Encuentro) -al que le votan todo a favor, como Pichetto y cía. a Macri- contra les estudiantes que dicen representar. O pensándolo desde otro ángulo, podríamos sostener que al igual que María Eugenia Vidal, HxEP llamó a resolver el conflicto con les estudiantes adentro, con lo cual no podemos esperar otro tipo de actitud.
Para finalizar, consideramos que el conflicto educativo abarca a toda la comunidad y no solo al sector estudiantil. Llamamos a la reflexión a todos los sectores ocupados en la propaganda sensacionalista a no seguir dividiendo la lucha en contra del gobierno nacional. En este contexto de auge de organización y lucha, de asambleas y movilizaciones multitudinarias y de radicalización en las medidas de fuerza, la reducción del conflicto a problemas claustrales, tal como lo hace la gestión de Humanidades, es miopía política o, lisa y llanamente, complicidad.
Reiteramos nuestra solicitud a las autoridades de la Facultad de Humanidades, a APU y a ADUM para que se sumen a la realización de clases públicas y garanticen el normal funcionamiento de las actividades administrativas. La facultad está abierta para todes como puede comprobarlo cada une de les que se acerquen a la toma.