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Sobre el no concurso de Filosofía Antigua
El día 12 de Junio se debía sustanciar el concurso para titular de Filosofía Antigua, concurso que data desde el 2013 y que recién ahora se concursa.
O al menos eso es lo que se esperaba. Pero el concurso se cayó, no se llevó a cabo. Los dos jurados graduados (titular y suplente respectivamente) no pudieron presentarse por motivos personales. A su vez, une de les docentes tampoco se presentó, motivo por lo cual, con dos docentes de jurados, con la jurada estudiantil (ahora graduada) y las dos concursantes presentes, el concurso se suspendió. Situaciones cotidianas como jubilaciones, graduaciones, enfermedades, etc. se vuelven caóticas debido al empobrecimiento estructural y planificado por la gestión que administra Filosofía.
Recordemos que hace varios años, 7 para ser exactes, se trataba en el Departamento de Filosofía un paquete de concursos para la carrera, que desde su apertura hasta ese momento (2010), contaba sólo con dos docentes concursades. Unos años después, en el año 2013, se efectuó el llamado de algunos de estos concursos para los que el director de turno del Departamento de Filosofía, Jose Maria Gil, puso les jurades a espaldas de la comunidad, mientras caminaba por los pasillos y convocaba gente, su gente, para que se postule a ellos. De más está decir, que tomamos conocimiento de quiénes eran les jurados estudiantiles propuestos por Gil una vez llamados los concursos, porque a nuestres jurades nunca les tuvieron en cuenta, ninguneando sistemáticamente el co-gobierno y la representación estudiantil, para hacer prevalecer su rosca y el reparto discrecional de los recursos públicos mediante el democrático método del amiguismo.
Lo que sucedió hoy es un síntoma de las políticas que llevan a cabo quienes gestionan la carrera de Filosofía. No obstante, es necesario resaltar que tampoco la gestión de Humanidades garantiza que, una vez llamados los concursos, sean ordenados y transparentes. Pues solo notifican la asistencia de les jurades docentes con anticipación, en segundo plano a les jurades graduades se les envía un mensaje (un día antes del concurso) para que se notifiquen, y por último, a la representación estudiantil, suelen no avisarles.
Les docentes ponen a les jurades de los concursos a su gusto y piacere, en general se ponen a elles mismes, les consejeres. Y aún así, se ausentan en dichas instancias. Lo mismo vale para les graduades de Juntos por Humanidades quienes también son elegides de una lista selecta. Por supuesto que la ausencia en esas instancias es selectiva, eses mismes jurades están presenten cuando se trata de garantizar sus propios intereses y los de la camarilla. Hacen lo imposible por poner únicamente jurades que pertenezcan a sus filas, hacen lo imposible por cerrar el juego y luego se toman la prerrogativa de ausentarse y no cumplir con sus responsabilidades. A su vez, es destacable que el consejero representante departamental del claustro graduado, Mariano Iriart, mientras que repite el silencio cómplice de Britos y el resto de la gestión sobre la situación miserable de la carrera, no mueve un dedo para garantizar la presencia de les jurades graduades en la sustanciación de los concursos.
En definitiva, está práctica que vemos reflejada en este concurso en particular, no es nueva, ni mucho menos única en la historia de la carrera. Tenemos noción de tres concursos recientes, más precisamente desde el año pasado hasta principios de este cuatrimestre, que fueron impugnados por les propies concursantes debido a que les jurades docentes, quienes pertenecen a la gestión, evaluaron con criterios discrecionales, sumando o restando puntos de antecedentes para quienes elles consideraban aptos para el cargo. Apuntando con el dedo, con total desdén a quienes elles consideraban que tenían que ganar.
Filosofía es tan desordenada como aparenta a simple vista y tan desastrosa desde lo académico, lo político y lo administrativo como uno se pueda llegar a imaginar. A tal punto que sustanciar un simple concurso se vuelve una tarea monumental, plagada de inconvenientes de todo tipo. No caben dudas que es parte de lo mismo de siempre: la camarilla docente que hace un usufructo propio de lo que es de todos y deja librado al azar cualquier tema en el que no estén en el juego sus intereses.
En esta carrera es dónde sacan concursos a cuenta gotas, los llaman para dejarlos caer, los demoran hasta que les jurades estudiantiles ya se recibieron, pasan dictámenes por la ventana, evalúan según criterios personales y podríamos seguir. Y sí, digámoslo, sin pelos en la lengua, la carrera es un mamarracho. Lo venimos diciendo desde hace rato: está atada con alambres y desde la Gestión de Humanidades hace años que no se hacen cargo de la desidia de la misma. Porque el no concurso de Antigua no es un hecho aislado, es más de lo mismo, es más de la miseria de Filosofía, que los mismos que se encargaran de usarla como su kiosco privado, son los primeros en lavarse las manos y llamarse a silencio cuando se piden explicaciones al respecto.
Seguiremos gritando que esta carrera sigue oliendo a podrido y señalando a los responsables de que esto sea así. Seguiremos por el único camino posible para que nuestra carrera cuente con condiciones dignas de cursada, con concursos transparente y triple banda horaria. Contra la deserción y el vaciamiento en Filosofía. Seguiremos organizándonos y luchando para expropiar Filosofía a quienes hacen de ella un negocio familiar. Y que los escuderos de la miseria bufen.