.
.
¿Qué es hoy el CEH?
El Centro de Estudiantes de Humanidades (CEH) se volvió un kiosquito que ofrece unos pocos servicios. La actual conducción, Humanidades x el Proyecto, mantiene una alianza (a veces explícita, otras tácita) con las autoridades de la facultad, desde la Decana Coira hasta las camarillas de cada uno de los departamentos. Esta política, lejos de ser innovadora, es la misma que llevan adelante las conducciones radicales a lo largo y ancho del país: la famosa Franja Morada, como el Dios de Nietzche, todavía posee una representación fantasmagórica en Humanidades, incluso después de casi una década de no tener participación política de manera pública en la Facultad.
HxEP no solo apoya a la Decana Coira, sino que hace todo lo posible por hacernos creer que las cosas están bien como están, que nada se puede cambiar, que no hace falta movilizar. No organizan el CEH para enfrentar el ajuste de Macri; para luchar por el boleto educativo gratuito, el edificio único, doble banda horaria, y el resto de las reivindicaciones históricas del movimiento estudiantil. Se reúnen con autoridades de la universidad y con funcionaries de la ciudad a espaldas de les estudiantes, bajo una posición burocrática que, para colmo, tampoco significa una mejora real de nuestras condiciones de cursada. Pero cuando hay Asambleas de Humanidades es cuando su comportamiento de burocracia sindical alcanza su grado más alto: interrumpen a les estudiantes opositores, se burlan, patotean, manipulan las votaciones, mienten y amenazan. Hacen todo lo posible para que las discusiones no avancen, para que el movimiento estudiantil no se ponga de pie. Pero, sin dudas, lo más grave es que violan sistemáticamente el mandato de la Asamblea. Siempre hacen lo que quieren sin importarles las posiciones de les estudiantes. ¿Eso entiende HxEP por “conducción democrática? Raro concepto de democracia el que manejan, entonces.
Esto es posible porque hoy en día la estructura jerárquica del CEH habilita a la agrupación que gana las elecciones y ocupa la presidencia a que decida qué va a hacer durante todo el año sin que se reflejen las inquietudes e intereses del resto de les estudiantes. De este modo, HxEP y su concepción de CEH son un palo en la rueda que impide el desarrollo organizativo y la lucha por las reivindicaciones estudiantiles. La situación es grave: mientras el gobierno avanza sobre la Educación Pública, pauperiza el salario de nuestres docentes, recorta el presupuesto en la universidad, despide científicos y quiere precarizar las condiciones de vida de nuestro pueblo, nuestro CEH, que debería ser la herramienta para enfrentar estas políticas, es cómplice, sea por decisión política o omisión.
Algo se mueve desde abajo
Aunque el panorama parezca desolador, es un hecho que les estudiantes se vienen organizando por abajo a pesar de las políticas desmovilizantes de la conducción del gremio. Las asambleas por carrera son el motor que impulsa la resistencia contra el ajuste y el vaciamiento en la Facultad. Para cada conflicto, en cada cursada, contra toda injusticia y por cada reivindicación, hay una respuesta colectiva, horizontal, participativa y permanente desde la organización en los espacios públicos de las asambleas donde confluyen distintas tendencias políticas y estudiantes no agrupades.
Cada asamblea cuenta con su propia historia de lucha y sus acuerdos políticos al interior. No son meros espacios reivindicativos; son la principal herramienta política de los estudiantes para tomar decisiones. Las asambleas son espacios de participación directa y construcción colectiva donde comenzamos a prefigurar la democratización de nuestro gremio y, a su vez, de los órganos de cogobierno pues les consejeres estudiantiles participan de los mismos bajo el mandato asambleario y pueden ser revocados.
A lo largo de los años, les estudiantes organizades en asambleas han desarrollado debates en torno a sus disciplinas en pos de la construcción de conocimiento crítico participando de articulaciones a nivel nacional en federaciones o asambleas que nuclean compañeres de otras universidades del país. Las experiencias son diversas, pero el objetivo es claro: organizarnos para enfrentar a la ideología dominante como estudiantes en instituciones académicas públicas y como futures trabajadores.
Por otro lado, la construcción de asambleas permanentes no sólo se multiplica en la Facultad de Humanidades, en las carreras de Geografía, Sociología, Letras, Historia, Ciencias Políticas y Filosofía, sino que también existen experiencias en la Facultad de Ciencias de la Salud y Trabajo Social como la Asamblea de Trabajo Social. Incluso, ejemplos como la Asamblea de Graduados de Geografía o la Asamblea de Filosofía demuestran que se ha construido un proyecto de universidad desde las bases que no se agota en las reivindicaciones estudiantiles, sino que hay una visión integral sobre la academia y sus actrices.
¿Qué CEH necesitamos?
Por si hace falta aclararlo: uno totalmente distinto al que tenemos hoy. Necesitamos un gremio horizontal, asambleario y participativo para enfrentar los avances privatistas y el ajuste del gobierno de Macri. El CEH tiene que ser de les estudiantes y no de un grupo de futures funcionaries que tienen arreglos con las autoridades. El CEH debe dejar de funcionar como una PyME y pasar a ser un espacio genuino de participación abierta y plural donde confluyan distintas expresiones políticas, compañeres agrupades y no agrupades que se organicen para luchar contra las injusticias y conquistar nuestras reivindicaciones. A la apropiación privada del CEH que ejerce la actual conducción, HxEP, debemos oponerle una pluralidad de tendencias construyendo desde abajo, propulsando la democracia de base, creando espacios abiertos de trabajo colectivo y aboliendo las jerarquías en la estructura gremial.
¿Por qué no un cuerpo de delegades?
Un cuerpo de delegades es un espacio donde confluyen lógicas de representación, en mayor medida, y de participación, en menor medida. Pueden ser una herramienta gremial positiva en períodos de baja participación o en Facultades donde no existen espacios de organización permanente de los estudiantes. Funciona con la elección de delegades en cada cursada que confluyen en una instancia de centralización resolutiva. Sin embargo, el cuerpo de delegades es una herramienta más de una democracia gremial que debe ser un todo integrado. No puede ser propiedad de ninguna agrupación. No puede ser ajena a las decisiones que se toman en las asambleas por carrera. Debe ser una instancia mandata por la asamblea general de todes les estudiantes. Pero hoy el CEH es propiedad de quienes ganaron la última elección y bajo esa concepción política es imposible democratizar el gremio. Si no hay un cambio estructural en la política que conduce el CEH, no hay cuerpo de delegades que alcance para construir un gremio verdaderamente democrático.
La propuesta del cuerpo de delegades surge, justamente, de agrupaciones que no cuentan con inserción real en el movimiento estudiantil y buscan, con métodos obsoletos, remplazar la participación directa de les estudiantes en las asambleas por mecanismos representativos y delegativos. Si ya contamos con asambleas por carrera, ¿para qué organizar algo paralelo? ¿No sería mejor unificar esfuerzos para llenar las asambleas de compañeres, fortalecerlas y dar con mayor intensidad los debates en las aulas?
Para conquistar nuestras reivindicaciones es fundamental la organización desde las bases e independiente de los gobiernos y autoridades de turno, fortaleciendo los espacios de discusión asamblearios en las carreras y en las facultades, en las aulas y en el gremio. Necesitamos construir espacios de autoorganización para democratizar los centros de estudiantes y la Federación, garantizando la participación estudiantil y generando acuerdos políticos que excedan la rosca entre organizaciones. La resistencia contra la avanzada privatista del gobierno nacional es la lucha por una educación pública y gratuita, al servicio de les trabajadores y las necesidades populares.
.
Mayo de 2017