Siempre dijimos que es necesario asistir a las sesiones de los órganos de cogobierno, en este caso particular, al Consejo Departamental de Filosofía, pues allí sufrimos en carne propia la violencia institucional, nos hacemos conscientes de la indignación colectiva, y de la necesidad en sentido fuerte de organizarnos y luchar por una Universidad distinta. Hoy, el acceso a los cargos docentes se da por filiación política, amiguismo o prácticas serviciales. En esta ocasión entraron doce personas funcionales a los sectores del poder. Lucrecia Gaich, Paula Jessurum, Yanina Zucconni, Celina Martín, Romina Conti, Maximiliano Loria, Lorena Battaglino, César Vicini, Emiliano Aldegani, Carolina García, Pablo Sisterna (graduado de la Facultad de Ciencias Exactas) y Eliana Fayó (graduada de la carrera de Historia) son los últimos acomodados de la carrera, los doce acólitos de la gestión Gil.
A continuación, compartimos las impresiones de un compañero que tuvo su primer encuentro con esta instancia:
“Ayer, vi un rebaño, hipócrita, de ovejas filosofantes, con su estúpido atuendo de criaturas inocentes. Un rebaño de docentes y graduados esperando un cargo asignado de forma fraudulenta que es a imagen y semejanza del Ruda. Una falsa perplejidad en sus rostros que intentó disimular el «qué carajo me importan mis colegas que se ilusionan con conseguir un cargo por concurso». Quedó algo muy claro, en cuanto al valor que se le da a la voz estudiantil, cuando la Secretaria del «Director de la carrera» se refirió a las consejeras estudiantiles como «ALUMNAS», así manifestó su consideración de los estudiantes en general. Estos cavernícolas engrampados a sus escritorios del departamento ni siquiera ocultaron su risa. Su pereza superó la necesidad de ocultar toda está mierda mafiosa con olor a Ruda. La prótesis estudiantil «no recuerda», enmudeció, no hizo nada. El director de la carrera no es el director, el director es un gil, lo sentaron en el lugar del director. HOY COMPRENDÍ COMO LA EDUCACIÓN PÚBLICA ES ADMINISTRADA DE FORMA PRIVADA. Rebaño parásito que ofende el sentido de nuestra carrera. El día que arda la filosofía en la UNMdP olerá a Ruda, lamentablemente. ¡Quememos las plantas parasitarias entonces!”
Julio de 2015
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