Darío y Maxi ¡presentes!

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El 26 de junio del 2002, en el contexto de una profunda crisis social, legado del gobierno de Fernando De La Rúa, los luchadores populares pertenecientes al movimiento piquetero, Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, fueron brutalmente asesinados en la estación Avellaneda del ferrocarril Roca, en el marco de una movilización al Puente Pueyrredón a manos de la policía bonaerense.

Aníbal Fernández, una de las caras visibles de la “década ganada” kirchnerista y ex Secretario General de la Presidencia de Eduardo Duhalde, negó la represión policial adjudicando las muertes a una lucha interna de las organizaciones piqueteras, sosteniendo el discurso del gobierno duhaldista. En consosnancia con estas declaraciones la tapa del Diario Clarín del 27 de junio de 2002 sentenciaba: “la crisis causó dos nuevas muertes”.

A 13 años del suceso, denunciamos la responsabilidad política y exigimos la condena de: el ex presidente Eduardo Duhalde, el ex Secretario de Gobernación y actual precandidato a gobernador por el FPV Aníbal Fernández, el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires Felipe Solá, el gobernador de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno de De La Rúa Carlos Ruckauf, el ex ministro de Seguridad Juan José Álvarez, el ex Jefe de gabinete Alfredo Atanasoff, el ex ministro del Interior Jorge Matzkin y el ex director de la SIDE Carlos Soria, entre otros.

Seguimos recordando en la lucha y exigiendo justicia por los compañeros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán. Seguimos pidiendo cárcel efectiva a los responsables políticos de su asesinato.

¡Aníbal Fernández: candidato a la cárcel!

lechu psicodélica

#FiloFiestaNegra

Porque en el fondo, TOD*S somos NEGR*S

00.00 hs. Tocan l*s gros*s de Tres de Febrero: Tamara Kramer, Lula Pellerano, Pablo Reisz, Oscar Esteban Blanco + Seba Lucas: Seba Loyza y Bautista Villarreal

Y luego,cumbia, pachanga y rockanrollen con la Dj: Clarituvieja!

En Espacio UNE: 9 de Julio 3615

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Contralecturas Colectivas

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«Me podría indicar, por favor, hacia donde tengo que ir desde aquí»

«Eso depende de a donde quieras llegar», contestó el Gato.

«A mi no me importa demasiado a donde…» empezó a explicar Alicia.

«En ese caso, da igual hacia dónde vayas» interrumpió el Gato.

«…siempre que llegue a alguna parte» terminó Alicia a modo de explicación.

«¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte» dijo el Gato, «si caminas lo bastante».

[Lewis Carroll, Alicia en el País de las Maravillas]

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En un pasillo cercano de la Universidad, donde no brilla ni un puto ladrillo, hubo una vez un astro en el cual unos animales disconformes cranearon esto. Fue el minuto más humilde de la historia académica, chiquito, diminuto, casi imperceptible, fue solo un minuto. Pero es algo. Y algo es algo.

Este algo es un camino. Un camino que no se quiere ni solitario, ni recto. Un camino cansado de repetirse a si mismo, un camino aburrido de tanto corset; harto de la pendejada de que todo sea igual, siempre igual, todo igual, todo lo mismo. No sabemos si podremos erradicar el hartazgo, pero es algo. No nos mueve el amor, sino el espanto. ¡Y qué importa a donde llegamos si tomamos la decisión de ir! Y no queremos ponernos un punto de llegada, porque cuando hay puntos de llegada el camino es recto.

¿De que esta hecho el camino del que hablamos? Está hecho de textos, de discursos, pero también de cuerpos, prácticas, pasiones, historias. Queremos leer filosofía, no queremos leer Filosofía. No queremos releer ni revisar la historia oficial, creemos que hay otras historias por ser leídas. No queremos detenernos en los tecnicismos de los textos, ni hacer exégesis de los conceptos. No queremos lecturas en serie, repetidas de memoria, iguales; queremos que leer se parezca mas a un acontecimiento.

Elegimos el camino de la contralectura. ¿Qué es eso? Hacer de lo otro lo nuestro, hacer de aquello pensado para otro tiempo algo con sentido para el nuestro, leer entre líneas, hacerles decir lo que no dijeron, pensar lo que no pensaron, explotar la potencia de sus ideas hoy. No hay contralectura sin violencia, sin conflicto, sin antagonismo. Después de todo la filosofía no es sino una guerra por los sentidos. No se trata de ignorar las lecturas, ellas son necesarias para nuestra tarea. Pero sabemos que no solo avanzamos afirmando, sino también negando lo que no queremos.

El camino de la filosofía se puede recorrer en solitario. Pero no es nuestra intención. Queremos hacerlo colectivamente: no sabemos hacerlo de otra forma. Y además estamos convencidos de que en esta práctica hay algo que hace la diferencia. Tal vez cinco más siete sea doce, pero tratándose de humanos no podemos aceptar la misma regla. No somos la suma de las partes, pues en la suma componemos algo más. Somos relaciones, y ello no implica perder nuestra individualidad sino potenciarla, reivindicarla, no podemos permitir ser reducidos a la sola función que nos imponen en esta sociedad, el trabajo colectivo es exceso, es un plus, es aquello otro que no existiría sin composición. Los cuerpos componen con el otro pero desde la integridad particular de cada uno.

¿Por qué juntarnos a leer? Porque queremos abrir un espacio más para la reflexión. Ciertamente esto no pretende ser una formación complementaria o alternativa a la de las aulas. Entendemos que nuestra tarea no se trata de llenar los baches de saber que la academia deja. Para nosotros la contradicción entre el saber que se produce en la mayoría de las aulas universitarias y una formación orientada a la praxis no está dada solamente por la ausencia de autores, enfoques o escuelas.

No se trata tampoco de una formación alternativa, entendiendo como tal la fundación de reductos que pretendan vivir al margen del espacio institucional. Justamente, los reductos se definen por ser reducidos frente a la potencia de masividad de lo público. El espacio público de vinculación con el conocimiento hoy se encuentra institucionalizado. Como organización intervenimos sobre lo público-institucional apostando al desarrollo de una alternativa con capacidad de interpelar a la masa, desarrollando sus sentidos radicales.

Un camino como el que buscamos impulsar aporta a que nuestra práctica en estos espacios contagie la forma en que reflexionamos, habitamos y luchamos desde las aulas. Pero también implica la construcción de madurar la participación colectiva en tanto que sustracción a la lógica de vinculación con los saberes que atraviesa las aulas. Esa lógica donde la acreditación institucional del saber lo convierte en el Saber y lo traduce en poder sobre lo público. Esto que se nos hace presente, entre otras instancias, en la construcción de una escala piramidal en las cátedras, que se vincula directamente con la capacidad de decisión jerarquizada, tanto en las aulas como en los espacios de gobierno.

La perspectiva del antagonismo se nos presenta como una denuncia de los pretendidos exilios de la institución pero también de la convivencia pacífica con la misma. En definitiva, implica aceptar que nuestra vida está signada por las formaciones de los espacios en que vivimos. No podemos sustraernos o perseverar ajenos a lo que se nos propone o impone cotidianamente. Nuestra manera de ser otros es transformar eso que somos todos los días. La apuesta por este camino de lectura intenta desarrollar una forma de estudiar que se contagie y se haga presente en las aulas universitarias que habitemos.

Buscamos formarnos para intervenir sobre la manera en que nos forma lo público, porque queremos que lo público forme para otra cosa. Para esa cosa de la que tanto se habla en algunas aulas, no en todas, pero que nunca se hace: el cambio social.

Lo que sigue es una selección de textos que tienen en común la reivindicación de la filosofía en tanto práctica, en tanto posibilitadora de una crítica y de una alternativa hacia la liberación y la igualdad de todos. Estos textos son el resultado de un intrincado camino de resistencia que no se reduce a la situación de un escritor solitario y abstraído frente a un papel, sino que es el producto de un ejercicio de coherencia entre lo que se piensa y lo que se hace, no como dos actividades disociadas, porque pensar sin hacer es especular en el vacío y el hacer que no es pensado es meramente reproductivo. Estos textos son el resultado de una filosofía que se sabe viva. Porque como dirían unos viejos camaradas “el pensamiento filosófico puede y debe ser un pensamiento vivo y rabioso, una crítica furiosa de lo existente y un movimiento constante hacia esos otros mundos posibles”.

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Te invitamos a participar de estas contralecturas colectivas. Se trata de un taller auto-organizado, gratuito, horizontal. No se requiere ningún conocimiento previo para participar, solamente las ganas de trabajar colectivamente.

Se tratarán de 4 encuentros. En el primero de ellos presentaremos la selección de textos y coordinaremos entre todos la metodología de trabajo.

La primera reunión se realizará el Martes 16 de Junio de 2015 de 17 a 18:30 en la mesa del Colectivo de Filosofía (nivel 4, al lado del aula 62, Facultad de Humanidades).

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Colectivo de Filosofía

Junio de 2015

Ayudantías de Segunda

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Colectivo de Filosofía: 

en las fisuras,

construyendo la carrera

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Una pequeña historia de las ayudantías de segunda. 

La historia de una conquista arrancada a una gestión que levanta murallas.

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Un poco de Historia

La lucha por los concursos de Ayudante de Segunda está ligada a la historia de la Asamblea de Filosofía y es una parte fundamental de la historia de la carrera. La gestión, que ahora representa José Gil, era la misma, pero las caras visibles eran otras: Comesaña, Manna, Arias, Novo. Y como ahora lo es Phronesis, en ese momento también contaban con su brazo estudiantil, la Franja Morada. No había nada que se le oponga a este proyecto de vaciamiento de la carrera. Así nace la Asamblea de Filosofía, como la oposición a la gestión de lo existente. En el año 2002, como resultado de la lucha, obtuvimos por primera vez los cinco cargos de Ayudante de Segunda que actualmente tenemos en la carrera de Filosofía..

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¿En qué consiste una Ayudantía de Segunda?

Una Ayudantía de Segunda consiste en un cargo estudiantil, a la manera de una adscripción, que nos permite trabajar e investigar dentro del marco de una cátedra a elección. Las ayudantías, a diferencia de las adscripciones, son cargos por los que se percibe una remuneración mínima. Los estudiantes podemos acceder a ellas por medio de un concurso público que debe ser convocado de manera abierta por el departamento de la carrera, siempre que contemos con los requisitos necesarios para concursar (Ver Reglamento Ayudantías de Segunda)..

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¿Qué política se esconde detrás de las Ayudantías de Segunda?

Sin embargo, en Filosofía los concursos para las ayudantías de segunda se destacan por su irregularidad y su animosidad. La gestión de la carrera no ha dado muestras de contar con la voluntad política para extender la convocatoria a toda la comunidad estudiantil. El departamento, con José Gil a la cabeza, mantiene la política de ocultar sistemáticamente toda la información referida a las ayudantías. Asimismo, la elección de ayudantes de segunda por  parte de la gestión de filosofía nunca es neutral, la gestión gusta de seleccionar lacayos políticos para poder armar las cátedras con gente de “su equipo”. Así se conforma, pasito a pasito, una camarilla política como la que actualmente existe. (Ver Transparencia Nula).

Sin ir más lejos, en el año 2012 fueron los integrantes de la agrupación Phronesis, representantes por la minoría estudiantil, los únicos estudiantes que recibieron la información necesaria para presentarse a los concursos de ayudante. Es decir, fueron los únicos que se enteraron del llamado a concursos y no le avisaron a nadie. Por lo tanto, Phronesis se quedó con todas las ayudantías, pues no tuvieron oposición en ningún concurso (Ver: Sobre la importancia de socializar la información). Ese mismo año denunciamos la concentración y manipulación de la información sobre los concursos y llevamos adelante una gran campaña por la socialización de la misma. Entendemos que la divulgación de la información es piedra de toque para democratizar nuestra carrera y para impedir que la información se concentre en manos de unos pocos.

En el 2014, otra vez un estudiante de la agrupación Phronesis fue beneficiado con la Ayudantía de Segunda de Lógica I en un concurso plagado de irregularidades, donde sin coloquio y sin los antecedentes suficientes, se lo dio por ganador (Ver Concurso Lógica).

Este año, las Ayudantías de Segunda salieron, pero su aprobación no fue nada fácil. Las Ayudantías no escaparon al contexto de crisis presupuestaria que atraviesa Humanidades (Ver Sobre las Ayudantías de Segunda 2015). Hoy, luego de mucha insistencia, pudimos conseguir que se haga la convocatoria junto a las listas de las comisiones evaluadoras (Ver Jurados concursos ayudantías 2015)..

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¿Por qué son importantes las Ayudantías de Segunda?

Como estudiantes de la carrera de Filosofía, entendemos y entendimos siempre que las ayudantías de segunda permiten ampliar la pluralidad de voces dentro de una cátedra. Sabemos que constituyen una de las pocas oportunidades de insertarnos laboralmente en la Academia. Además, posibilitan el crecimiento del número de integrantes en una materia  incrementando la calidad educativa en la misma.  Por eso fomentamos que cada vez sean más los estudiantes que accedan a concursar.

Las cátedras en filosofía no cuentan en general con una nutrida participación estudiantil. En la actualidad, las ayudantías son muy pocas. Además de continuar por el camino de la socialización de la información para que más estudiantes puedan anotarse a los concursos y participar de la instancia de los concursos para garantizar la transparencia de los mismos, es necesario impulsar la lucha por más Ayudantías de Segunda y por una mayor remuneración para quienes obtienen los cargos. Estamos convencidos de que con organización colectiva y por abajo vamos a conseguirlo.

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Junio de 2015

«Aquí no entra nadie que no sepa obedecer»

Quiero más una libertad peligrosa

que una servidumbre tranquila.

[Mariano Moreno]

Una vez más se desnudan ante nosotros las maniobras nefastas de una gestión antidemocrática. Hace unos días fueron publicados algunos llamados a concursos para Filosofía con sus respectivas comisiones evaluadoras (Ver Llamado a Concursos en Filosofía). La Gestión del Departamento de Filosofía, a cargo del Dr. Gil, se encargó de elaborar listas con los integrantes de estas comisiones. Tal como lo hemos afirmado en otras oportunidades en relación a los jurados graduados (Ver: Sobre las prácticas del abstencionismo y Con lista selecta gestión contenta ) la elección de los mismos no da lugar al azar. Y decimos esto porque el criterio bajo el cual fueron seleccionados es claro: los jurados deben responder con absoluta fidelidad a los mandatos de la gestión Gil, dando como ganador del concurso al postulante alineado a la camarilla, asegurando así la reproducción del clientelismo.

Es evidente: llegó la hora de renovar la camarilla. Los concursos pretenden ser otorgados a aquellos que demostraron la obsecuencia debida con el proyecto político gobernante. Primero, fueron designados a dedo por la gestión para generar el antecedente (ver: Nuevo dedo y van Qué está pasando en FilosofíaComo Cerdos); después, cada uno de ellos (Murano, Vásquez, Moyano Loza, Guío, Murad, Iriart, Raimondi), recibirá su debido premio: el concurso. Una manera de garantizar esta premiación, que a su vez es la renovación de la camarilla, es a través comisiones evaluadoras “amigas”. Estarán conformadas, ni más ni menos, que por la misma gestión que los designó a dedo en primer lugar. En pocas palabras, los concursos bajo estas condiciones no serán transparentes. Arias, Novo, Gil, Comesaña, Acevedo y Manna se alternan entre los jurados titulares y suplentes docentes de estos concursos que no cuentan, por ejemplo, con un jurado docente externo. Asimismo, los docentes titulares de algunas materias, como es el caso de Cecilia Colombani en Introducción a la Filosofía, ni siquiera fueron convocados para formar parte de las comisiones evaluadoras.

Párrafo aparte merecen los graduados de la gestión, Raimondi y Fornoni, cuyas únicas acciones han sido la de designarse a dedo a sí mismos, prometer cargos para su amigos y controlar como perros guardianes que en las comisiones evaluadoras de los concursos cuenten sólo sus acólitos. Así, puede verse como se repiten los nombres de Daniel “el cholo” Vazquez, Mariano Iriart, y hasta el mismo Fornoni.

Diatriba-de-la-obediencia

Cabe destacar que los consejeros por la mayoría estudiantil no recibimos en ningún momento solicitud alguna de parte del Departamento para presentar posibles jurados estudiantiles. Las listas se armaron a puertas cerradas, entre amigos, lejos de aquellos que puedan representar una amenaza para el buen funcionamiento del “amiguismo”. Así vemos como sólo dos nombres de estudiantes (Juan Pablo Sosa y Nicolas Trucco) se repiten en todas las comisiones evaluadoras. ¿Quién los puso de jurados? ¿En qué situación institucional fue decidido?

El único proyecto político, si es que acaso podamos llamarlo así y no más bien la muerte de toda política, que la gestión Gil ha ejecutado con total determinación es el de acomodarse (ver ay, ay, ay) y acomodar a todos sus amigos en los cargos para perpetuarse en el poder y seguir cuidando la chacra. De la Filosofía ni noticias o, mejor, sólo las hay de la miseria de la Filosofía. El mensaje es claro. En el frontispicio de la carrera se lee la siguiente inscripción: “aquí no entra nadie que no sepa obedecer”. Sabemos muy bien que todos los postulantes de concursos que se plantaron como una alternativa a esta Gestión estuvieron destinados a la exclusión (ver El dictamen de la animosidad y Si a ella le suma entonces no lo contamos). De este modo los concursos se convierten en una herramienta más a través de la cual la Gestión imprime su sello arbitrario.

Es difícil escribir sobre lo que venimos afirmando hace tiempo sin repetirnos. Pero es aún más difícil tener que decir que lo pronosticado se está consumando. Bajo estas condiciones, los concursos en filosofía serán un fraude. Pero no cualquier fraude, serán el fraude que conformará la composición docente de nuestra carrera por los próximos diez años; serán el fraude que garantizará la perpetuación en el poder de los Gil, de los Arias, de los Novo; y de una lista que se ensancha a medida que crecen las prebendas. Serán el fraude que afirmará el proyecto reaccionario de vaciamiento, ajuste y persecución a la oposición a la gestión de lo existente. Somos contemporáneos de un  hecho político que, en su consumación, decreta la muerte de la filosofía.

Desde el Colectivo de Filosofía denunciamos y repudiamos el carácter antidemocrático de estos concursos. Y, en este sentido, nos parece importante remarcar la importancia de las sesiones de los Consejos Departamentales. No es casual que la Gestión Gil elija resolver las cuestiones de la carrera  en absoluta soledad, omitiendo hace más de un año conformar las correspondientes sesiones de cogobierno. Sin someter sus decisiones a una discusión amplia donde todos podamos debatir de manera horizontal sobre el futuro de nuestra carrera.

No hay lugar para la duda, es momento de la acción. Seguiremos convocando a asambleas, continuaremos exigiendo la conformación de consejos departamentales, seguiremos informando y socializando lo que se privatiza sin vergüenza, pero es de todos; sólo de manera colectiva podremos sepultar la política de gestión de la miseria. Sólo de manera colectiva podremos transformar lo dado y hacer de lo robado, lo de todos, lo nuestro.

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Junio de 2015

Los suicidados por la Carrera

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Pero yo sé que hay caballos que se mueren potros, sin galopar.

PR y sus Redonditos de Ricota, La Bestia Pop, 1985.

En esta carrera, de cien caballos, sólo cinco, con suerte, llegarán a la meta. El resto, casi todos, se mueren potros sin galopar. Pareciera que cada muerte se produjera por motivos externos a la carrera. A algún caballo se le quiebra una pata; a otro su dueño le pega un tiro de gracia; uno elige correr otra carrera; a otros, muertos de hambre, los hacen mortadela. De los demás, de la inmensa mayoría, ni noticia. Los afortunados cinco, los felices pocos, logran atravesar todos los obstáculos y superar cada valla. ¿Cuál es su mérito? Probablemente, saber escuchar a su jinete para no dar pasos en falso. O mejor, más que escuchar, obedecer incondicionalmente. ¿Y cuál es la falta de los que no llegan? Ninguna. Si la pista presenta obstáculos mortales, entonces la culpa no será de los caballos sino de la carrera.

Cada compañero o compañera que “deserta” o “abandona” la carrera constituye una muerte más, una “baja” en los registros de la Academia. Verbos como desertar o abandonar, ponen en el acento en quien se fue como si el o ella fueran responsables de su partida. La Academia aparece como un espacio vacío en el cual se puede entrar, salir, permanecer, desertar, es decir, dejarlo tal cual es: un desierto. Un espacio que puede ser abandonado a voluntad, y no un espacio que abandona. No se piensa que la Academia haga algo que pueda ser expulsivo para aquellos que la transitan; no se piensa que detrás de cada suicidio, de cada muerte individual o voluntaria, de cada baja, pueda haber una verdadera masacre silenciosa y anónima. Si la Academia presenta obstáculos mortales, entonces la culpa no será de los “desertores” sino de la carrera.

Podríamos pensar que cada suicidio cotidiano en la carrera, cada número en la cifra de deserción, cada nombre de desertor, es un suicidio durkheimiano, un acto individual que debe ser visto como un hecho social. Como Artaud llamaba a Van Gogh, “el suicidado por la sociedad”, así nosotros podríamos llamar a cada uno de los compañeros y compañeras: los suicidados por la academia.

La Academia cuenta noventa y cinco muertos de cada cien ingresantes; noventa y cinco muertos al nacer. No hay curso de ingreso en Humanidades porque es irrestricto. La única forma en que la Academia se interese por tener un ingreso, es siendo restricto, a modo de acelerar unas cuantas muertes. Para la Academia la casi totalidad de los que ingresan ya están muertos, y como muertos los cuentan.

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Pero, ¿a qué le puede temer un muerto? Más bien los muertos atemorizan, y no hay nada que atemorice más que un muerto vivito y coleando, un muerto que ya no tiene nada más que perder sino todo por ganar. Sin embargo, la mera supervivencia no existe; sobrevivir implica hacer cosas y hacer cosas individualmente es la peor manera de asegurar la supervivencia. Más bien, nuestro modo de sobrevivir es resistiendo colectivamente. Sobrevivimos luchando, organizándonos, construyendo, siendo críticos, subvirtiendo, divirtiendo(nos), transvalorando, desobedeciendo. Los que aún no fuimos suicidados por la Academia queremos que a vos te pase lo mismo.

El refrán dice: “no se menciona la soga en la casa del ahorcado”. Sin embargo, en la casa de los ahorcados, la Academia, nada más atinado que hablar de sogas para que no nos ahorquemos y podamos seguir resistiendo. Porque nunca fue más oportuno el dicho: ¡No está muerto quién pelea.

Martes 17 hs. en la mesita del colectivo (pegada al aula 62)

reuniones abiertas del COLECTIVO de FILOSOFÍA.

¡Sumate, sobrevivamos colectivamente!

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