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Si a ella le suma, entonces no lo contamos
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El mismo cuento: clientelismo, amiguismo, arbitrariedad. Esta vez en el concurso de Lógica. Perjudicados: el Colectivo de Filosofía..
El miércoles 26 de marzo se sustanció el concurso para cubrir un cargo de Ayudante Alumno para la materia Lógica I. Concurso repleto de irregularidades y discrecionalidad por parte de los jurados docentes: Manuel Comesaña y José Gil. Nuestra compañera Silvina Sánchez fue una de las postulantes; el otro, Matías Delfino, integrante de Phrónesis. El concurso fue manipulado para que Silvina no ganara.
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Si bien nuestra compañera se acercó a una clase de Comesaña para preguntarle por la modalidad del coloquio, jamás recibió de su parte una respuesta clara y contundente, aún cuando el docente ha sido jurado numerosas veces en este tipo de concursos.
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Instantes antes de comenzar el concurso el profesor Gil, chiste machista mediante –las damas primero-, le comunicó a los postulantes que tendrían 15 minutos para hacer una exposición y luego otros 10 minutos para contestar preguntas. Luego del concurso nos enteramos por la jurada estudiantil que una vez dentro del aula, y a solas con el resto de los jurados, Gil había afirmado que Silvina Sánchez está entusiasmada por exponer un tema y no vamos a contradecirla. No sabemos de dónde derivó el profesor Gil esa inferencia, pero sí sabemos que influyó en el comportamiento posterior de los jurados. Cuando nuestra compañera ingresó al aula volvió a preguntar por la metodología del coloquio, puesto que el reglamento no es específico al respecto. Los jurados se mostraron confusos; pero aun así le encomendaron que expusiera un tema. He aquí el primer acto del artero accionar de los docentes.
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Silvina expuso el tema que había preparado, siendo interrumpida en reiteradas ocasiones con comentarios confusos y preguntas capciosas. Luego, chiste machista mediante, ahora de Comesaña –las damas primero– instó a la jurada estudiantil a hacer una pregunta. Las otras cuatro las hicieron los docentes. Silvina contestó correctamente todas, menos una. El siguiente postulante, Matías Delfino, fue dispensado de realizar su exposición y se le hicieron las mismas cinco preguntas que a Silvina. Respondió correctamente a todas, menos una. Nuestra compañera estuvo más de media hora dentro del aula. Matías Delfino entró y salió. Las exigencias fueron desiguales, las evaluaciones también. La exposición fue un criterio optativo durante el coloquio, pero necesario para restarle puntos a Silvina. He aquí la segunda treta.
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Párrafo aparte merece la evaluación de los antecedentes. No fueron considerados. Se desconoció la participación de Silvina en Congresos, Jornadas y Encuentros. Se desconocieron sus publicaciones, sus antecedentes docentes, en gestión y extensión. Como si eso fuera poco, los jurados docentes manipularon deliberadamente un ítem convirtiéndolo en otro. No cualquier otro, uno que a Silvina no le sumara. El criterio utilizado a lo largo del concurso puede sintetizarse en una máxima: si a ella le suma, entonces no cuenta.
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Nuestra compañera participó de esa cátedra como adscripta el cuatrimestre anterior y paralelamente llevó adelante la coordinación de un grupo de ayuda informal para la materia. Desplegando sus aptitudes con la mayor dedicación y compromiso con y para sus compañeros. Porque no se trata de favores, sino de ser fieles a nuestros ideales.
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En días posteriores se realizaron otros concursos de ayudantes de segunda, donde el profesor José Gil participó como jurado. Sin embargo, ahí se mantuvieron claros los criterios de evaluación. He aquí un síntoma más de arbitrariedad e impunidad. Saludamos a los compañeros que han ganado legítimamente en los demás concursos de ayudante y que han tenido la suerte de no haber sido víctimas de un atropello. No obstante, nos vemos en la obligación de señalar otro hecho lamentable: la profesora Susana Barbosa adelantó al ganador de Antropología Filosófica durante sus clases, restándole transparencia al mencionado concurso.
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Vayamos a la historia reciente de la carrera. Tanto Comesaña como Gil tienen vastos antecedentes en el pésimo desempeño como jurados: recordemos el caso del registro de antecedentes que ganó nuestra compañera Sonia López, donde Gil (sin haber estado presente durante el registro) elevó un dictamen en disidencia al que se le dio curso; el último registro en Metodología de la Investigación Científica para la carrera de Documentación, donde Comesaña dejó el cargo desierto porque a su criterio “alguien de Filosofía debía ocuparlo”; el escandaloso dictamen del registro de antecedentes en la materia Metodología de la Investigación Científica para Filosofía, donde dieron por ganador del cargo de Adjunto a un recién graduado, desestimando otros currículums. ¡Pensemos que hubo docentes que trabajaron toda su vida en la carrera y jamás llegaron a obtener un cargo de Adjunto! (Consultar: El dictamen de la animosidad, Humanidades: una granja sin rebeliones, ¿Que está pasando en Filosofía? Episodio: Metodología de la Investigación, La chancha, los chanchitos y la maquina de designar a dedo; Esa maldita costumbre de ocultar)
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La moraleja de la gestión cada vez queda más clara: si hablás, si te quejás, si te organizás, si buscás transformar las cosas, entonces nunca vas a trabajar en Filosofía. No importan los méritos académicos ni el trabajo duro constatado; sino la aceptación sumisa de los negociados y del enquistamiento feudal que reina en Humanidades. Pero a nosotros no nos gustan las moralejas.
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Y no nos confundamos, esto no se trata de un cargo. La proscripción es contra un proyecto distinto para filosofía. Los espadachines a sueldo han sustituido a la filosofía crítica; y la mala conciencia y las ruines intenciones de la apologética de lo dado ocuparon su sitial. A su estructura eclesiástica y jerárquica le seguiremos oponiendo la horizontalidad; a su filosofía solitaria y como producto del ocio le seguiremos oponiendo el trabajo colectivo y autogestivo; a su filosofía individualista le opondremos la socialización y circulación de los saberes; a su gobierno de amigos le opondremos la democratización; a su filosofía higienizada de lo social le seguiremos oponiendo una filosofía comprometida con la subalternidad; a su filosofía de justificación de lo dado le opondremos una filosofía rebelde y emancipatoria; a su filosofía privatista le opondremos la filosofía pública. Y es que como ya lo dijo Sartre “no nos convertimos en lo que somos sino mediante la negación íntima y radical de lo que han hecho de nosotros”.
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Una vez más, por si no ha quedado claro: el concurso fue manipulado para perjudicar a nuestra compañera. Una vez más la arbitrariedad se impone.
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Adjuntamos en los siguientes links una copia del Dictamen. Dictamen, Página 1, Dictamen, Página 2
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¿Cuántas veces hay que repetir esto? ¿Cuántas veces más estamos dispuestos a tolerar estos atropellos? ¿Podremos, arrodillándonos ante el hecho consumado, afrontar el porvenir? Seguiremos repudiando la corrupción, la política de camarillas y la persecución.
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Repetimos una vez más por si no ha quedado claro: cuando la arbitrariedad es la norma, la rebeldía es nuestro derecho.
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Colectivo de Filosofía
Abril del 2014