El diablo se llama López

 

Continúa la campaña de persecución y difamación de los acólitos de la gestión contra nuestra compañera Sonia López Hanna.

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“Miente, miente que algo quedará…”

Joseph Goebbels

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El agrupamiento Phronesis ha vuelto realizar un ataque cobarde y difamatorio contra nuestra compañera y contra nuestro colectivo en el marco de la campaña que viene llevando adelante la gestión. En los últimos años la escalada de violencia persecutoria contra nuestra compañera y nuestra agrupación ha alcanzado grados preocupantes que a esta altura deben cosechar el rechazo del conjunto de la comunidad académica y las fuerzas políticas que habitan la Universidad. Desde hace años la sucesivas gestiones y sus acólitos han focalizado sus ataques sobre nuestra  compañera como una manera de desprestigiar y aislar a aquellos que somos  oposición de izquierda en la carrera de Filosofía. Los sucesivos ataques incluyeron sumarios y denuncias (aunque infundados solo pudieron ser detenidos con la lucha); amenazas telefónicas, en los pasillos y virtuales; difamaciones y mentiras de un surrealismo tal que sería difícil si quiera considerarlas si no fuera porque la sistematicidad con la que han sido proferidas ha logrado imponerlas; negación del lugar de trabajo que otorga la beca CONICET (solo por la presión del convenio con CONICET lo otorgaron); cambios arbitrarios en los dictámenes de registro de antecedentes de Historia de la Ciencias, cuando nuestra compañera los ganó frente al jurado, desecharon el original y presentaron uno paralelo (en el pasado ya lo habían intentado en Teoría y Metodología de la Investigación Social para Sociología y la movilización estudiantil los detuvo); miembros de cátedra que niegan la existencia del práctico que dicta en Filosofía política; agresiones verbales y físicas que incluyeron golpes; roturas del auto de la compañera (que era su medio de trabajo mediante el cual la concurría a escuelas de la periferia antes de licenciar los cargos para acceder a la beca CONICET). Estos son algunos de los ataques más significativos pero no son todos. Nuestra compañera ha sido acusada de barrabrava, terrateniente, hacker, meretriz y por poco nomás ser la asesina de la madre de Bambi. Aunque suene ridículo que una persona que se ganó la vida desde la temprana edad como camarera, luego como docente de escuela media y ahora como becaria de CONICET, haya hecho todo esto la gestión ha logrado asociar todas estas mentiras a su nombre. Nuestra compañera vive en una situación de violencia y acoso permanente, todo por denunciar el nepotismo y las camarillas de las gestiones de la carrera. La táctica es clara, reducir toda oposición organizada a un nombre propio y difamar ese nombre para aislarnos.

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El hecho menor que desnuda la lógica.

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En el marco de la difusión virtual de una actividad del agrupamiento Phronesis, un comentario de nuestra compañera en Facebook desató la ira de Phronesis y sus allegados. Citamos el comentario: “¿Por qué no dan una charlita que hable de los manejes que hacen para dejar sin laburo a quienes ustedes odian? ¿Está incluido eso en la charlita sobre el origen del odio? Creo que varios querríamos escucharlos para ver qué tienen para decir”. La ironía pretendía desnudar el cinismo de una agrupación que mientras puertas adentro conspira con la gestión para expulsar de la comunidad académica a una docente por sus diferencias políticas se permite recorrer asociaciones de fomento para moralizar en nombre de la Filosofía.

Parece increíble que un hecho menor como este amerite tanto resentimiento o que aquellos que participan de una campaña sistemática de difamación pretendan que las víctimas tengan un silencio cómplice. Sin embargo, así como personalizan los ataques políticos se victimizan. La conversión de la víctima en victimario es una operación política, que por repetida no deja de ser efectiva.

Las agresiones y amenazas por medios virtuales no se hicieron esperar. Citamos parte del mensaje privado que recibió nuestra compañera por parte de uno de los panelistas que acompañaba a Phronesis en la actividad:

“sos una persona pendenciera, miserable y que atentás directamente con lo que fuimos a hacer: difundir la filosofía desde múltiples miradas….

Ojalá respondas y ojalá te des cuenta del grave error que cometiste, a mi me arruinaste la tarde. Espero que pidas disculpas públicas a Prhonesis sino voy a publicar en todo lugar que pueda el tipo de persona que sos…”

Meditemos un segundo sobre este mensaje en el que el susodicho luego de calificar el tan mentado comentario en Facebook como atentado se permite amenazar con una campaña difamatoria a la compañera si esta no concede que estuvo equivocada. Dejando de lado la hiperbole del atentado que le arruino la tarde al panelista, ¿cuál es el contenido político de este mensaje? Es claro, el disenso o la pregunta crítica no están permitidas, si existen uno debe arrepentirse sino se es “pendenciero, miserable” y se padecerá la difamación que se merece. Ni una palabra sobre el hecho que denuncia nuestra compañera. Es menor que haya una agrupación que se apropie de lo público y que utilice sus criterios ideológicos y morales para determinar quien puede o no puede hacer una carrera académica. Es menor que se utilice la violencia difamatoria y física para censurar al opositor. Lo único relevante parece ser la obligatoriedad del silencio cómplice frente a todo esto. Insistimos esto no es un ataque personal, es una lógica política, una manera de perseguir la diferencia que elige personas concretas para expresarse.

La voz oficial no se hizo esperar y hoy encontramos una publicación de Phronesis que hace referencia al hecho. Hacemos un extracto del texto que publicaron:

“[el mensaje] fue enviado por la graduada, jefa y terrateniente que maneja la «agrupación» «colectivo» de «filosofía» donde intenta boicotear, desprestigiar y minimizar la realización del encuentro. Lo que oculta esa infame actitud acusatoria (cargada de moralina) es la impunidad, la corrupción, la violencia, el egoísmo, la desvergüenza, la inoperancia y la estupidez con la que se manejan las personas que tienen prácticas cotidianas miserables y se disfrazan de luchadoras sociales.”

Antes de considerar nuevamente lo implícito avancemos sobre las mentiras explicitas. Se indica que la compañera es una terrateniente disfrazada de luchadora social. Para aquellos que no lo saben, aunque es patente para los que la conocen, la compañera ha sido toda su vida laburante, llego de su pueblo natal a los 18 años y vive de su trabajo desde entonces. Primero fue camarera, luego docente de escuela media (incluso las dos cosas en simultaneo), y actualmente becaria de CONICET. Toda su vida alquilo y no cuenta con otra propiedad que un auto modelo 99 que utilizaba como medio de transporte para llegar a las escuelas de la periferia de Mar del Plata y en la actualidad utiliza para transportarse a la ciudad de Buenos Aires para cumplir con las obligaciones de investigación que su director le solicita. Lo que se dice una verdadera terrateniente sojera. Tal vez la desinformación apele a que el padre de la compañera es un chacarero que cuando la herede le dejará algunas deudas. Pero tampoco califica como terrateniente, salvo que Phronesis consideré que los quinteros bolivianos tienen acceso al Bureau de la sociedad rural no estamos frente a un terrateniente. Nos parece totalmente obsceno tener que salir a desmentir estas versiones pero la gestión y sus acólitos han hecho del rumor y la mentira una estrategia política que requiere un alto. Sabemos quienes son los pergeñadores de estas falsedades que Phronesis repite, y también conocemos su privilegiado origen y extracción de clase. Sin embargo, no tenemos interés en profundizar más en este juego porque es parte de la estrategia de personalización que queda presente cuando se refieren a la compañera como jefa política. Repudiamos enérgicamente la afrenta que esto significa para todos los que formamos parte del Colectivo de Filosofía, organización en la que adherimos fervientemente al principio de horizontalidad y auto organización como lo demuestran años de práctica asamblearia. Podremos estar equivocados, pero nos equivocamos fruto del debate democrático y no de las imposiciones de ninguna camarilla o jefe político. Entendemos que hay agrupaciones que conceden a la figura del liderazgo una importancia política central, y aunque no es nuestro caso no es esto lo que esta en juego en esta operación. Nuevamente insistimos lo que se pretende es reducir a nuestra organización a un nombre propio, desprestigiarlo y aislarnos políticamente. El resto de los agravios son igual de infundados y son proferidos con la impunidad propia de aquellos que se creen guardianes de valores éticos pero que los violentan sistemáticamente en la práctica cotidiana. Por último nos referimos al supuesto disfraz de luchadora social. Si hay algo de lo que pueden atestiguar el conjunto de las organizaciones del campo popular respecto a la compañera es su consecuencia y compromiso político. Aun cuando algunas tengan profundas diferencias con nuestra organización ninguna de las fuerzas se permite cuestionar el compromiso de la compañera. Esto es fruto de años de lucha y presencia junto al movimiento estudiantil y los sectores subalternos de nuestra sociedad. El decoro nos impide profundizar sobre esto, pero a veces es necesario señalar algunas cosas cuando la necedad de algunos discursos se anuda con la impunidad de quienes los profieren.

Insistimos una vez más en que estos ataques personalizados no son personales sino que busca con temeridad generar miedo y censurar cualquier posibilidad de crítica sostenida consecuentemente. Repudiamos este hecho como un eslabón más de una cadena de infamias que pretenden sujetar y amordazar a las voces críticas que se levantan contra el accionar de la gestión y sus acólitos. Nos dirigimos al conjunto de la comunidad académica y las fuerzas políticas que consideren un derecho legítimo la diferencia en el pensar. La situación de la compañera en particular es una como expresión de una preocupante y grave situación de persecución política general. Los ataques en este contexto contra nuestra compañera y contra nuestra organización no son contra un particular, un aliado o un adversario político sino contra la libertad de crítica. Si nos arrodillamos frente a los hechos consumados seremos incapaces de levantarnos frente al porvenir.

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COLECTIVO de FILOSOFÍA

febrero/2014